03-10-2017
La deuda de los consumidores aumenta con rapidez. En países como Estados Unidos rebasó ya el nivel previo a la Gran Recesión mientras en China escala a un ritmo de vértigo. Esta tendencia preocupa al Fondo Monetario Internacional. La tendencia, advierte, puede ser “peligrosa” a medio plazo porque eleva la inestabilidad financiera y las probabilidades de que se desencadene una nueva crisis bancaria. Por eso emplaza a las autoridades a adoptar medidas para mitigar los riesgos.

El FMI analiza el nivel de endeudamiento que soportan los hogares en 80 países. La muestra incluye tanto a economías desarrolladas como emergentes. La disponibilidad del crédito es un motor del crecimiento porque impulsa la demanda y la inversión. Hasta ahí todo bien. Pero sus beneficios a corto plazo se convierten en un problema cuando el apalancamiento es demasiado alto, como pasó con las hipotecas subprime hace una década.

Tras el golpe de la Gran Recesión los niveles de endeudamiento de las familias se redujeron. Se vio en EE UU y en economías avanzadas como la de España. Era como si los consumidores hubieran aprendido la lección. “No es el caso”, lamenta Nico Valckx, relator del estudio, "la rápida expansión que observamos puede ser peligrosa". Este agosto la Reserva Federal elevó la deuda de los hogares en EE UU a 12,8 billones y superaba así el récord previo a la crisis.

La deuda media comparada con el grueso de la riqueza de los países avanzados creció significativamente, al pasar el 52% del PIB en 2008 al 63% en 2016. Esta expansión, de acuerdo con el FMI, refleja la política de dinero barato seguida por los grandes bancos centrales. El peligro, señalan, es que esta tendencia al alza se produce en un momento en el que la inflación se mantiene baja y a los salarios les cuesta subir.

Son, como dicen los técnicos de la institución, niveles históricamente altos y la tendencia es que el endeudamiento sigan creciendo. También escaló con rapidez en los años previos a la crisis financiera. Pero entonces, explica Valcks, se debió principalmente a un ajuste de la inflación. Los economistas de los grandes bancos centrales, incluida la Fed, admiten por eso de los riesgos de un ajuste repentino en el precio de los activos.

Recesión profunda

“Los efectos adversos son mayores cuando la deuda de las familias es mayor”, indica. También son más pronunciados para los países avanzados, porque sus habitantes tienen un mayor acceso al mercado de crédito que en los emergentes. La deuda de las familias en este último grupo creció del 15% al 21% del PIB en el mismo periodo. Es, por tanto, un nivel tres veces inferior.

La experiencia de la última crisis financiera, como recuerda el autor del estudio, es que el alto endeudamiento puede llevar a recesiones más prolongadas y disparar las tasas de paro. También está el efecto de las bancarrotas que azotan el sistema financiero. El grueso de la deuda de los hogares está vinculada a las hipotecas, con más del 50% en el caso de las economías avanzadas.

Si se materializa el temido ajuste en el valor de los activos, los propietarios de viviendas tendrán menos margen para acudir a sus propiedades para mantener su poder adquisitivo. Por este motivo, los técnicos del FMI señalan que estos incrementos en los niveles de endeudamiento son un buen indicador de futuras crisis bancarias, que suelen llegar tres años después de la escalada hacer cima.

Bola de cristal

El informe completo que el FMI presentará dentro de una semana a los participantes en su cumbre de otoño incluye otro análisis en el que examina como los cambios en las condiciones financieras sirve para anticipar riesgos al crecimiento. Igual que el acceso a la liquidez impulsa a una economía, sus vulnerabilidades se hacen más evidentes cuando las fricciones en el sistema financiero crecen.

Claudio Raddatz, responsable del departamento de análisis de estabilidad financiera, explica que con estos dos informes tratan de ir más allá de los titulares y desarrollar instrumentos que permitan a las autoridades identificar riesgos para la economía real. Es como si se tratara de crear una bola de cristal que anticipe amenazas potenciales a partir de las tendencias que se observan.

Actualidad Laboral / Con información de El País