“Cuando nos encontrábamos en los pasillos de la universidad, mientras estudiábamos, siempre nuestro tema focal era cómo solucionar el problema de la pobreza”, esta inquietud compartida por varios estudiantes de economía de la Universidad Central de Venezuela, hace doce años, terminó materializándose en una asociación civil sin fines de lucro denominada Fundacción Social.

Esta organización, que empieza a operar formalmente en 2008, fue creada con el propósito de contribuir a la superación de la pobreza a través del trabajo. “La fundación está formada por economistas con visión de desarrollo”, explica Guilleldris Salcedo, fundadora y presidenta de esta iniciativa, que también está dirigida por la economista María Isabel Díaz y cuenta con el apoyo de 17 voluntarios, en su mayoría estudiantes de economía.

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María Isabel Díaz y Guilleldris Salcedo, vicepresidenta y presidenta de Fundacción Social


Más de 800 personas de distintas comunidades del Estado Miranda y de comunidades indígenas del Estado Zulia, han recibido de Fundacción Social formación y orientación para emprender y superarse. Esta organización atiende tres líneas que considera fundamentales para cubrir las áreas donde se manifiesta la pobreza: economía, deporte y preocupación por el medio ambiente.

“En lo económico trabajamos el área de ingreso; es decir, cómo las personas en situación de pobreza pueden generar a partir de sus propios talentos un ingreso propio”, explica María Isabel Díaz, al destacar que consideran que el emprendimiento de negocios es una vía para lograr este objetivo.

A través de la promoción del deporte, la fundación busca incentivar la convivencia, la paz y el rescate de espacios deportivos en las distintas comunidades. La atención del área ecológica la desarrollarán en 2016, incorporando en ésta las iniciativas de las empresas comprometidas con este tipo de causas a través de sus programas  de responsabilidad social.

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Esta fundación cuenta con el apoyo del sector público y del  privado para el desarrollo de sus actividades de formación y orientación. Alrededor de 30 empresas de distintos sectores y tamaños en el Estado Miranda respaldan esta iniciativa y solicitan los servicios de la organización para  formar a los  ciudadanos de las comunidades donde se encuentran.

“Lo que nos importa es que las empresas sepan que tienen un entorno al que le deben una respuesta por la actividad económica que ellos realizan, empezando por sus propios empleados. Esa es nuestra visión de la responsabilidad social, una responsabilidad social que va hacia lo productivo, que empodera a las personas, no que las discapacita dándoles cosas sin nada a cambio, sin genera proactividad. Lo que queremos es que la gente pueda hacer las cosas por sí misma y en algunos casos requieren de un empujoncito o de algún recurso en particular, pero eso siempre va acompañado de seguimiento, no los abandonamos”, dice María Isabel Díaz.

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Una de las metas de esta organización social para 2016 es contar con un mayor número de capacitadores e instructores y formar a alrededor de 1.500 emprendedores.

“Estamos alineados en la visión de entender la pobreza, porque todavía no se tiene claro qué es pero sí cómo se materializa”, explica la presidenta de esta fundación al destacar que uno de los aspectos sobre los que buscan crear consciencia en las comunidades es qué lleva a una persona a estar en situación de pobreza.

Fotos: Cortesía Fundacción Social

Actualidad Laboral/JM