Oswaldo Muñoz, un biólogo con orientación periodística, llegó a Miami, Estados Unidos, hace más de 23 años con una idea fija: crear un periódico que sirviera para enlazar a la pequeña comunidad de venezolanos que se había instalado en ese lugar.
Su empeño lo llevó a materializar ese sueño y en 1992 fundó el semanario El Venezolano, un espacio para el análisis y para dar cobertura a las noticias locales, en principio, del Condado de Broward y Palm Beach, donde estimaba vivían 2 mil 500 compatriotas.
"Al principio éramos muy pocos aquí (Miami) y yo tenía un programa de radio que se llamaba Venezuela en Positivo, que sirvió para unificarnos en una Cámara de Comercio y resaltar los logros de lo que se hacía acá. 8 meses después nació El Venezolano", narró Muñoz.
Este emprendimiento de un marabino en Miami cuenta con el respaldo de 21 venezolanos, quienes más que empleados se sienten parte del producto. "La mayoría son maracuchos y gochos", dijo el empresario, quien a pesar de vivir en el extranjero mantiene su acento zuliano con orgullo.
Para el director de El Venezolano su gran acierto ha sido la constancia: "Lo más importante es estar convencido de lo que se hace y luego ser constante. Gracias a Dios he podido conformar un equipo de trabajo envidiable para una empresa, aquí hay quienes tienen 18 años y eso es muy difícil. Yo no he botado a nadie en 22 años".
Tampoco ha "engañado a nadie", según su testimonio, pues a todos los empleados les dijo desde el principio que 'El Venezolano paga poco, pero paga' y así le dio la bienvenida a quienes estaban comprometidos.
Asimismo, destaca que hay que volverse parte del proyecto y participar en todas sus etapas. "Yo formé El Venezolano con 30 mil dólares y no era ni la sombra de lo que es ahora. Era en la casa y yo hacia de todo, menos diagramar porque no sabía y todavía no sé, pero todo eso hay que hacerlo", recomienda.
En El Venezolano "el sacrificio es en conjunto y el beneficio es colectivo" y aunque nació para una pequeña comunidad de venezolanos, también es leído por cubanos y colombianos.
Nuevas puertas que se abren
Desde el pasado 12 de febrero nació El Venezolano TV el más reciente emprendimiento de Oswaldo Muñoz y un socio minoritario, el mismo que lo acompaña en el diario El Venezolano (10 %) .
Este proyecto "es un ensayo", asegura el empresario, porque no tiene "ni el esfuerzo ni los cobres" para hacer una televisora convencional. "Sí tenía para invertir y comenzar en esta plataforma (una TV digital) que hasta ahora registra más de un millón de personas conectadas, contamos con 11 programas en vivo. 87 % de quienes nos ven son venezolanos, todo esto por el
blackout informativo que hay en Venezuela".
Allí formó un equipo de 17 personas para lograr un producto hecho "por venezolanos y para venezolanos".
Su obejtivo es, entre otras cosas, hacer crecer el proyecto y que se mantenga en el tiempo, pero está claro y no tiene apuros. "No nos ahogamos ni con el dulce del vecino, ni con el agua de nosotros. Todo lo que nos hemos propuesto ha salido adelante".
No todo el camino ha sido de rosas
Lograr tener un periódico estable y emprender una televisora digital no ha sido fácil para Oswaldo Muñoz. Como todo extranjero que llega a otra tierra tuvo que labrarse su camino.
Al principio todo fue encaminándose, pero varios obstáculos se opusieron y hasta pensó en la opción, incluso, de cerrar el semanario. En el año 1995 arreció la crisis económica en Estados Unidos y seguidamente en el año 1996, hubo problemas cambiarios en Venezuela.
"99,99 % de nuestros anunciantes eran venezolanos y no podían pagarme porque no tenían dólares, fue difícil y pensamos en cerrar. Hasta que llamé a un amigo y le dije prepara la chequera que vamos a hablar de cobres, le di tres opciones: prestarme el dinero, hacerse socio del periódico o comprarlo y así pasé de no tener nada a tener 70 mil dólares al día siguiente, logré que ese amigo me comprara unas acciones por ese monto", contó.
Señaló que en la actualidad esa persona es su amigo, su consejero y su aliado, a pesar de ser mucho más joven que él.
Muñoz deja clara una idea: "Todo puede ser difícil, pero el ejemplo es creer en lo que uno hace y tener un equipo que se identifique".
Actualmente El Venezolano es una franquicia con sedes en Panamá, Costa Rica, Colombia y República Dominicana. Y en Estados Unidos se ha expandido al sur y centro de Florida.