Han sido casi tres décadas dedicadas a la medicina, una profesión a la que dice llegó por vocación humanista y por la que desde niño se sintió atraído. “Creo que desde segundo grado yo dije que iba a ser médico”, afirma Hipólito García, quien relata que antes de empezar a estudiar esta carrera hacía labor social en hospitales.
Este médico venezolano no solamente es reconocido por su desempeño como internista y especialista en medicina crítica, también por su trabajo al frente de un centro asistencial privado y de la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales, organización en cuya fundación participó en el año 2007.
Su experiencia también incluye la coordinación de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Vargas, ubicado en el Municipio Libertador del Distrito Capital, y la coordinación de la unidad de Cuidados Intensivos Cardiovasculares del Hospital Miguel Pérez Carreño, situado en el Municipio Sucre.
García relata que en un punto de su carrera sintió la necesidad de dar un poco más no solamente como médico, sino también a la institución a la que pertenece y al sector salud en general.
Es así como llegó a combinar su oficio y experiencia como galeno con la gerencia de una clínica privada y con la coordinación del gremio que agrupa a diversos centros asistenciales privados del país.
Hipólito García, presidió la Asociación Venezolana de Clínicas y Hospitales entre 2007 y 2013 y la Clínica Santa Sofía, ubicada en el Municipio Baruta del Distrito Capital desde 1999 y hasta 2014. Actualmente preside con Consejo Consultivo de cada una de estas instituciones.
Expresa que el secreto para conducir de manera eficiente una institución dedicada a ofrecer un servicio tan especial y delicado como la atención a la salud, es rodearse de los mejores profesionales en las distintas áreas tanto médicas como administrativas. “La responsabilidad de uno es dirigir buenos talentos, coordinarlos para que ellos hagan un trabajo en equipo y tú le das el norte, la dirección hacia donde deben ir”, dice.
Para poder atender de manera más eficiente sus responsabilidades al frente de estas instituciones, Hipólito García cursó una maestría en Gerencia en el Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA), a finales de la década de los 90.
“Quien está al frente de un clínica pudiera tener otra especialidad, no necesariamente tiene que ser médico. El médico que combina la gerencia es ideal, producto de que tiene sensibilidad humanística y conoce la cadena de servicio y atención… Dirigir la empresa como tal es gerenciar, no tiene nada que ver con la medicina”, expresa.
Hipólito García, explica que la clínica tiene una dirección administrativa y una dirección médica. Al frente de esta última está un médico que tiene a su cargo toda la operación relacionada directamente con la salud como radiología, terapia intensiva, laboratorio, etc. A cargo de la dirección administrativa está lo relacionado con el mantenimiento, los recursos y el plan de desarrollo de la organización, por ejemplo.
El médico destaca que en los centros de salud la relación con los trabajadores debe atenderse con mucho cuidado y comprensión debido a que el personal de estas instituciones, aún el del área administrativa trabaja bajo una presión distinta, debe atender a seres humanos que enfrentan algún dolor o malestar. “Tienen que tratar con personas que están angustiadas porque no saben lo que tienen o porque lo saben, entonces ese ser humano se sensibiliza de una forma distinta, se carga”, dice García, quien expresa que este personal debe recibir consideraciones especiales.
Aunque Hipólito García ya no ocupa la presidencia de la Clínica Santa Sofía, ni la de la Asociación Venezolana de Hospitales y Clínicas, sostiene que está apoyando muy cerca la gestión de quienes lo han sucedido en ambas.
Destaca la importancia del “relevo gerencial” porque le da la oportunidad de dedicarle más tiempo a su profesión de médico y porque permite que lleguen nuevas ideas y un nuevo impulso a las instituciones.
Este médico suele tener jornadas de gran actividad, aunque cuenta con un equipo de profesionales preparado para atender con eficiencia el área bajo su coordinación, admite que duerme poco.
Su experiencia gerencial no ha disminuido su interés y su pasión por la medicina, su responsabilidad profesional más valiosa y sin la que asegura no podría vivir. “Por más reuniones que tenga, mil cosas, si yo no estoy viendo pacientes siento que no estoy haciendo nada” dice.
Actualidad Laboral/Jessica Morales