Coincidiendo con el pitazo inicial del juego inaugural del Mundial de Fútbol Brasil 2014, el pasado 12 de junio el Banco Central de Venezuela (BCV) emitió -con un retraso inusual en la historia de ese organismo- el esperado anuncio de la inflación de los meses de abril y mayo: 5,7% para ambos meses.
Si observamos directamente el resultado, olvidándonos incluso de la metodología de cálculo, surge inevitablemente la pregunta: ¿qué pasaría si cifras de esta magnitud se dan, en mayor o menor grado, en los meses venideros? Pues si el valor 5,7% se repite, la inflación anualizada será casi de 100% (94,5% para ser exactos).
Ahora bien, para responder la pregunta de si el valor 5,7% se va a repetir durante los próximos meses debemos analizar la inflación desde sus tres componentes: por la vía de la demanda, por la vía de los costos y por la vía estructural.
Por la vía de la demanda, la expansión monetaria está in crescendo. Este incremento obedece, entre otras razones al déficit fiscal y a la necesidad de evitar una caída aun mayor de la economía. Ante la reducción en el consumo, la casi inexistente inversión, la disminución en la facturación petrolera y en el nivel de las importaciones, lo único que queda es expandir el gasto público para compensar. El déficit público aun enorme, el manejo por parte del Estado de empresas antes exitosas y ahora deficitarias, así como el crecimiento del gasto público para compensar la pérdida en el empleo indican que esta expansión continuará y por tanto la consecuente inflación.
Por la vía de los costos, la devaluación de este año ha sido simplemente astronómica. De Bs. 6,30 a Bs. 11,30 y ahora a Bs. 50 por dólar representa un monto mayor a 700%. Lamentablemente, los síntomas de mayores devaluaciones son claros: el préstamo ruso de 2 millardos de dólares con venta de petróleo a futuro, el caso de las aerolíneas, la emisión de bonos para el pago de deuda, la no cancelación de la deuda en dólares al sector privado, entre otras, son señales claras de que el problema de las divisas permanece y por tanto otras devaluaciones estarían por venir.
Finalmente por la vía estructural, la escasez de oferta, resultado de la caída en la producción, producto a su vez de una política dedicada a tal fin, está rindiendo sus “frutos”. Sin embargo, tampoco este componente parece avanzar a su fin, pues la falta de divisas para el pago a proveedores en el exterior y múltiples regulaciones apuntan a lo mismo.
En resumen, ni por la vía de la demanda, ni de la oferta, ni de los elementos estructurales la inflación parece bajar de los montos de abril y mayo a lo largo de los próximos meses, salvo cambios radicales en la política económica.
Se espera que aproximadamente, durante la primera etapa del Mundial se anoten 100 goles (6 juegos por grupo por 8 grupos por un estimado de 2,1 goles por juego). Así que si usted está viendo la Copa del Mundo sepa que cada gol equivale a un punto de inflación durante los próximos meses… anotados en su contra. Y apenas es la primera ronda de inflación.
Por: Federico López
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