La carga mental, es un constante ir y venir de pensamientos que no dejan de abrumarte, un fenómeno que se presenta en entornos laborales modernos. Es esa incapacidad para ordenar tus pendientes de tal manera que tu mente es como una olla de presión a punto de explotar.


Generalmente la carga mental se relaciona más con las mujeres que están en el hogar y tienen que gestionar todo lo que involucra esta labor, además de su trabajo remunerado. Sin embargo, en los entornos laborales también es común que los colaboradores la presenten y afecte a los hombres y mujeres por igual.


La carga mental se define como un esfuerzo cognitivo y emocional requerido para realizar una tarea o gestionar varias actividades simultáneamente.


En el ámbito laboral, esto puede incluir la planificación de tareas, la toma de decisiones, la resolución de problemas, y la gestión de relaciones interpersonales, entre otros.


La carga mental y la productividad


La Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que al menos 30% de los trabajadores a nivel global experimenta niveles elevados de estrés en sus entornos laborales.


Este estrés puede derivar en problemas como ansiedad, depresión y trastornos de sueño, lo que, invariablemente, impacta negativamente en la productividad.


Un estudio publicado en The Journal of Occupational Health Psychology en 2022 encontró que la carga mental excesiva puede reducir la productividad en un 20 por ciento.


Además, los empleados que enfrentan una alta carga mental son más propensos a cometer errores, lo que incrementa los costos operativos para las empresas.


Rotación de personal y ausentismo, algunos otros de los efectos


La carga mental puede afectar el desempeño de los colaboradores, de hecho, en un estudio de Gallup, 60% de los encuestados reconoce que ésta afecta su rendimiento laboral.


Aunado a ello, estos empleados tienen 50% más de probabilidades de ausentarse por problemas de salud mental.


En ese sentido, un estudio realizado por la Universidad de Harvard refiere que los empleados que enfrentan una carga mental elevada tienen 45% más probabilidades de cambiar de empleo en busca de un ambiente menos estresante.


Estrategias para mitigar la carga mental


Para prevenir y gestionar la carga mental en el trabajo, Indeed recomienda poner en práctica estrategias como las siguientes:




  • Tener una alimentación equilibrada, evitando los excesos de café o alcohol, así como del consumo de alimentos ultraprocesados

  • Intentar dormir de 7 a 8 horas al día

  • Practicar con frecuencia ejercicio físico y tener tiempo para actividades de ocio

  • Tener pausas y descansos en la medida de lo posible durante la jornada laboral

  • Revisar cada cierto tiempo el trabajo realizado, con el objetivo de comprobar que no haya errores debidos a la fatiga mental

  • Disminuir el ritmo de trabajo cuando la persona se siente superada o sobrecargada

  • Utilizar recordatorios como alarmas es importante para no tener que depender siempre de la memoria, que puede verse afectada en momentos de alta exigencia intelectual

  • Usar el autoconocimiento, ser consciente de la carga de trabajo que podemos asumir sin llegar al extremo

  • Delegar o jerarquizar como forma de organización del trabajo, priorizando lo más valioso

  • Participar en reuniones de trabajo que sean productivas y comunicativas

  • Pedir ayuda cuando se necesite, reduciendo la autoexigencia personal


Por su parte, Terapify recomienda a las organizaciones


Delegar. Asignar responsabilidades según las habilidades y capacidades individuales no solo optimiza el rendimiento, sino que también fomenta un ambiente de trabajo colaborativo.


Tecnología colaborativa. El uso de plataformas de colaboración en línea facilita la comunicación y coordinación entre equipos, estas herramientas permiten una gestión más eficiente de proyectos y tareas, reduciendo la sobrecarga de trabajo y mejorando la productividad.


La carga mental es un factor crítico que afecta tanto a los empleados como a las empresas. A medida que el entorno laboral sigue evolucionando, es fundamental que tanto empleadores como trabajadores reconozcan su impacto y adopten estrategias para mitigarlo.


Invertir en la salud mental de los trabajadores no solo mejora su bienestar, sino que también optimiza la productividad y contribuye al éxito sostenido de las empresas.


Actualidad Laboral / Con información de El Economista México