La semana pasada escribimos sobre las perspectivas laborales del 2014, específicamente nos referimos al análisis de las variables más relevantes que afectaran directamente a los empleadores este año. Decíamos allí que esas variables eran: la aplicación práctica de la Ley Orgánica de Precios Justos, el novísimo SICAD II, los efectos terribles en los empleadores de la LOTTT y por ultimo pero no menos importante, la delicada y complicada situación de las protestas “estudiantiles”.

Hoy queremos analizar los posibles efectos de dichas variables en las empresas, y para ello pensamos que podrían existir tres escenarios, a saber: las empresas que contra viento y marea e independientemente de los problemas que tiene el país, se quedan en el mismo, independientemente de lo que pase.

Las empresas que desean quedarse en Venezuela pero que requieren mucho más que una inyección adicional de capital (una más de las muchas que ya ha recibido). Estas empresas, deben reestructurarse por completo, hasta el punto que requieren constituir una nueva persona jurídica, una nueva compañía que nazca de cero para poder llevar a cabo sus negocios.

Por último, tenemos a las empresas que no pueden continuar operando en el país ya que la imposición continuada de controles, aunado a las limitaciones cambiarias hacen totalmente imposible para estas empresas poder continuar sus actividades en Venezuela y lamentablemente, no les queda otro remedio, que cerrar .

Cada uno de los escenarios antes descritos requiere de las empresas la implementación de estrategias novedosas y radicales para que las mismas sean exitosas.

Por ejemplo, las empresas que deciden continuar en Venezuela tal y como están, es decir sin reducir personal, ni realizar cambios radicales en su nomina, necesariamente deben analizar la posibilidad de modificar en lo posible los sistemas de compensación de su personal para adaptarlo a la realidad inflacionaria del país, y así lograr retener el talento.

En el caso de las empresas que deseen seguir operando en Venezuela, pero que para ello deben reinventarse por completo, tendrían que considerar la posibilidad de crear una empresa totalmente nueva que tenga como objetivo y finalidad dedicarse a realizar las actividades y negocios que aún le son rentables. En este escenario, la empresa debería considerar reducir personal, transferir personal entre la empresa “nueva” y la “vieja” y desarrollar nuevas cualidades a los productos que actualmente no son rentables.

Por último, que decir de las empresas que ya tienen una fecha de defunción  prácticamente fijada y que lo que buscan es una forma de morir en paz, disfrutando los últimos momentos de su vida útil. A ellas les digo, queridas empresas, no se echen a morir, Venezuela aun nos depara un futuro provechoso al mediano y largo plazo. Dediquen un tiempo a analizar los escenarios uno y dos, que mencionamos anteriormente, quizás puedan encontrar allí alguna posibilidad para continuar y todavía no nos dejen.

Sabemos que no es fácil, y que el gobierno actual se ha empeñado en hacer las cosas aún más difíciles, pero necesitamos que estén listas para cuando Venezuela despegue en la senda del progreso.

Juan Carlos Varela / Abogado

@J3CV