28-04-2015
Se acerca el primero de mayo y con él nuevas dudas. Como si se tratara de una novela televisiva de los 80 (así lo retrataba en enero Leonardo Padrón en su artículo “etapa culminante”), se ha vuelto una constante en la política gubernamental anunciar el anuncio.
Si usted nació en los 80 o antes, seguro vio alguna novela y recuerda la propaganda diciendo “se acerca la etapa decisiva, la etapa culminante”. Normalmente la etapa culminante desembocaba en develar lo obvio: Juan era el verdadero papá de Pedro; la herencia era de la mucama que era hija del dueño de la hacienda y no era realmente hermana de Pedro. Así, sucesivamente, con cada nuevo capítulo que terminaba el narrador y la propaganda nos tenían esperando que la pantalla develara en algún capítulo futuro lo que ya era obvio desde el inicio.
Hablando de lo obvio, el primero de mayo además de ser feriado, es obviamente el día en que se anunciará un nuevo incremento de salario y aunque ello empeore la inflación desenfrenada que vivimos, es obvio que el gobierno decretará un nuevo incremento de salario. El porcentaje (algunos dicen que será 70%) o el mecanismo (otros dicen que será un aumento general de sueldos y salarios), resultan poco relevantes pues la inflación, escasez e inseguridad personal seguirán siendo iguales o empeorarán. Cabe recordar que estos problemas son los verdaderos asuntos que cualquier trabajador desea sean resueltos por el gobierno, pero como es obvio, ningún anuncio será capaz de solucionar nada si se juzga por el pasado más inmediato.
Otros anuncios están por venir el mismo primero de mayo según indica la voz de la propaganda. Pero nada más lejano de ser la etapa culminante de esta pésima novela que tenemos más de 15 años viviendo. Como en cualquier novela y aprovechando el rating, se van a atravesar muchos capítulos irrelevantes intercalados con cosas catastróficas antes del último capítulo. Venimos de un sacudón que solo dejo un SIMADI (que no resultó en algo distinto que una mayor confusión y un dólar más caro) y gente presa sin proceso judicial. Ahora esperamos un “revolcón” que seguro dejará más presos mientras que la trilogía del mal (inflación, escasez e inseguridad) seguirá rigiendo nuestros destinos. Como si los profesionales, obreros y trabajadores en general no estuviésemos revolcados ya con la realidad de unas pésimas políticas económicas y laborales que nos dejan el mal sabor de una emigración desatada. No necesitamos un revolcón y un incremento de salario ayudaría si los precios fueran estables pero para que esto ocurra el gobierno debería solucionar los problemas de fondo. Antes o después del revolcón, hablando de lo obvio, estos problemas serán exactamente iguales o peores.
El primero de mayo conmemora a los valientes que murieron para hacer realidad la jornada máxima de trabajo de 8 horas. El objetivo prioritario de esa huelga era que los trabajadores tuvieran “ocho horas para el trabajo, ocho horas para el sueño y ocho horas para la casa”. Sin embargo, Luis Vicente León, que sabe de números, dice que se gastan en promedio 8 horas semanales buscando alimentos, perjudicando esas ocho horas para la casa o para el sueño o para el trabajo. Esa preocupación constante del padre de familia porque su plata no va alcanzar aun cuando gane 4 salarios mínimos, o porque aun ganándolos no va a conseguir lo que necesita para alimentar a su familia, no se va resolver con un revolcón ni con un nuevo incremento de salario. Si eso pasa con el que no gana sueldo mínimo, como resuelve cualquiera con un incremento de salario del gobierno por descabellado que resulte el ajuste.
Todo tiene su final, como dice la canción, pero como en las novelas, nadie sabe cuándo termina la historia salvo la producción, los escritores y los actores. Nosotros como espectadores solo nos queda decidir si esperamos el final de la historia o sencillamente cambiamos el canal. Mayday es una señal de auxilio, de socorro; algo me dice que después del primero de mayo, disparará un triple mayday por el peligro inminente de una política laboral fracasada que nuevamente tomará medidas sin importar el bienestar real de los trabajadores.
Ángel Mendoza / Abogado
@angelmendozaqui