18-09-2017
“Los árbitros de fútbol deben ser considerados como empleados de la Federación con todos los derechos laborales y no pueden ser vistos como simples afiliados”.
Con esta sentencia, el Tribunal Superior de México le ha dado dignidad a la profesión de árbitro. Por surrealista que parezca, hasta hace menos de un mes todos los colegiados mexicanos recibían el trato de un agente de seguros de cuarta fila: cobraban de forma directa o indirecta de los clubes de la Liga MX, sin ser considerados empleados de la Federación Mexicana de Fútbol -FMF-.
Esta discriminación ha cambiado gracias al fallo del Tribunal, dando la razón al ex colegiado Arturo Serratos, que tras estar arbitrando 11 años al máximo nivel pidió una jubilación digna.
En la demanda por despido injustificado, Serratos reclama el pago de los días de vacaciones, el finiquito y una inscripción retroactiva al Instituto Mexicano del Seguro Social, que se calcularían en base a lo que ingresaba mensualmente de promedio, unos 19.600 pesos -930 euros-. La FMF alegó que no existía una relación de patronal a subordinados con los árbitros, y que sus salario son honorarios que aportan los clubes, pero los jueces vieron que ese argumento no se sostenía en el fútbol de élte.
El abogado de la Asociación Mexicana de Árbitros -AMA-, Marco Antonio García, remarcó este sinsentido. "Desde un punto de vista legal, constitucional es la de un trabajador por la razón de que están subordinados, ellos no pueden ejercer libremente el arbitraje, la única manera es que esté subordinado a una Liga o a la FMF", explicó en Reforma.
Lo que quiere dejar claro el abogado es que los árbitros de Primera y Segunda División no forman parte de una empresa de servicios, sino que se dedican a tiempo completo a su profesión.
Tal y como nos cuenta José Luís Camargo, árbitro de la Liga MX y director administrativo de la AMA, la Asociación sigue hablando con la Federación para que todos puedan conseguir un retiro holgado. "Hemos hecho una serie de negociaciones con la Federación, estamos satisfechos con la situación general, pero los finiquitos son mejorables. Necesitamos acabar dignamente nuestra etapa laboral", denuncia.
Ahora, la FMF deberá pagarle a Serratos todos los derechos laborales como las liquidaciones de ley y otras prestaciones legales.
Para llegar a esta resolución, el tribunal tuvo en cuenta que "la calidad de un árbitro profesional en un ámbito deportivo, se equipara a la de futbolistas profesionales, en tanto que invierten mucho tiempo entrenando y practicando sus destrezas para desempeñar adecuadamente su función", dice la sentencia.
A partir del caso Serratos, ya hay otros 22 demandantes de la Asociación que esperan convertirse en trabajadores de la FMF. Serratos ha creado escuela. "Queremos justicia para el arbitraje, tanto Serratos como los demás queremos acabar de arbitrar y tener una solvencia suficiente para decidir qué haremos. La AMA se creó para proteger los derechos laborales del árbitro mexicano y estos están siendo vulnerados", nos cuenta Camargo, consciente del cambio de escenario.
En primavera el colectivo arbitral ya avisó de su descontento poniéndose en huelga. Los futbolistas Enrique Triverio y Pablo Aguilar agredieron a dos árbitros en diferentes partidos de la Copa MX y la Comisión Disciplinaria les sancionó con 8 y 10 partidos respectivamente, algo que los árbitros vieron escaso. Tras no presentarse a hacer su trabajo en la jornada 10 de Liga, el Comité de Apelaciones actuó para dejar sin jugar un año a los dos jugadores y se levantó la huelga.
Este pulso fue la mejor manera de pedir respeto y seguridad en el terreno de juego, el otro gran problema que sufren los árbitros mexicanos y los de medio mundo. "Sentimos una animadversión, como si no tuviéramos derecho a equivocarnos nunca. Todo es comprensible hasta el momento que se cruza el límite de la agresión", afirma Camargo.
Teniendo en cuenta el nivel de exposición pública al que se someten y el odio irracional que suelen sufrir, lo de conseguir un finiquito digno quizá sea lo mínimo exigible.
Actualidad Laboral / Con información de playgroundmag.net