Perspectivas
Obama y El Niño


En su frenética carrera por buscar culpables de los inmensos desaciertos de sus políticas económicas y sociales, los apologistas del llamado Socialismo del Siglo 21 parecieran obnubilados por ahora con dos chivos expiatorios muy particulares: por un lado El Presidente Obama como artífice máximo de una mítica guerra económica en la que lo acompañan: Uribe, Rajoy, Santos, ahora Macri, la oposición venezolana y un larguísimo etcétera, y por otro alguien llamado El Niño. Para quienes no lo conocen aún, El Niño no es una persona sino un fenómeno climático recurrente, y en consecuencia perfectamente predecible que se produce en el Océano Pacífico Sur, cuyos registros datan desde 1892, y que afecta mayormente a los países colindantes, vale decir Chile, Perú, Ecuador y Colombia.

Los responsables del descalabro eléctrico venezolano creen haber encontrado en el Niño un presunto culpable, en este caso de los bajos niveles de la represa del Guri, mejor que la iguana come cables o los saboteadores que nunca resultan ser de carne y hueso. Pretenden hacernos creer que el racionamiento eléctrico que ya existe, y la agudización del mismo que se avecina en las próximas semanas no es culpa de ellos sino de ese Niño que parece haberse aliado con el Imperio para mal poner al gobierno con sus ciudadanos.

Nada más lejos de la verdad. Desde hace 17 años el gobierno chavista ha invertido en el parque eléctrico una cantidad que excede todo lo que se invirtió entre 1945 y 1998 cuando se creó una de las redes más modernas de América. Esa inversión fue fundamentalmente en generación térmica e incluye todas las plantas vendidas a precio de caviar por los bolichicos de Derwick, las que compró Pdvsa con fondos que en buena parte terminaron en bancos como el de Andorra, y las plantas diésel descentralizadas usadas y reconstruidas suecas y alemanas compradas ¿a quién va a ser? ¡Claro! A los cubanos con jugoso sobreprecio.

El pobre resultado de este festín de Baltazar es que en marzo de 2016 solamente el 28% de ese parque térmico está operativo. Tacoa, la principal proveedora de la Gran Caracas que otrora producía 1,000 megavatios, hoy produce unos míseros 50 MW porque no se han molestado en reparar la desalinizadora que surte de agua a las calderas.

En febrero de 1992, a quien con tanta frecuencia visitan en el Cuartel de la Montaña los actuales gobernantes, capturó la imaginación de muchos venezolanos en una breve aparición televisiva en la que asumió toda la culpa de su fracasada intentona golpista. Va siendo tiempo que sus sucesores apliquen esa lección y asuman las culpas de sus propios desvaríos.

Aurelio F. Concheso / Ingeniero

@aconcheso