Los países necesitan mejorar las condiciones de trabajo y los ingresos de los trabajadores clave – que fueron esenciales durante la crisis COVID-19 – para reflejar plenamente su contribución a la sociedad y su importancia en el funcionamiento diario de las economías, dice un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los trabajadores clave pueden encontrarse en ocho grupos ocupacionales principales que abarcan la sanidad, los sistemas alimentarios, el comercio minorista, la seguridad, la limpieza y el saneamiento, el transporte, las ocupaciones manuales y las técnicas y administrativas.
El informe, Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2023: El valor del trabajo esencial, subraya lo mucho que las economías y las sociedades dependen de los trabajadores clave, y lo infravalorados que están. Las malas condiciones laborales de los trabajadores clave agravan la rotación de personal y la escasez de mano de obra, poniendo en peligro la prestación de servicios básicos. Según el informe, es necesario mejorar las condiciones laborales e invertir más en los sistemas alimentarios, la atención sanitaria y otros sectores clave para aumentar la resiliencia económica y social ante las crisis.
En los 90 países en los que se disponía de datos, el 52% de todo el empleo lo realizan trabajadores clave, aunque en los países de renta alta, donde las actividades económicas están más diversificadas, la proporción es menor (34%).
Durante la crisis de la COVID-19 los trabajadores clave sufrieron en general tasas de mortalidad más elevadas que los otros. Entre las distintas categorías de trabajadores clave las tasas de mortalidad variaron; por ejemplo, en los países con datos disponibles, los trabajadores del transporte tuvieron tasas de mortalidad más elevadas que los trabajadores sanitarios. Los resultados revelan la importancia de la protección de la seguridad y la salud en el trabajo (SST), así como la mayor seguridad asociada al trabajo en lugares de trabajo formales, con representación colectiva.
Salarios más bajos, horarios más largos y otros déficits en las condiciones de trabajo
En todo el mundo, el 29% de los trabajadores clave están mal pagados (entendiendo por mal pagado un salario inferior a dos tercios del salario medio por hora). Por término medio, los trabajadores clave ganan un 26% menos que los demás empleados, y sólo dos tercios de esta diferencia se deben a la educación y la experiencia. En los sistemas alimentarios, la proporción de empleados clave mal pagados es especialmente elevada, un 47%, y en limpieza y saneamiento es del 31%.
Estos sectores emplean a una gran proporción de inmigrantes, especialmente en los países de renta alta.
Casi uno de cada tres trabajadores clave tiene un contrato temporal, aunque existen considerables diferencias entre países y sectores. En la industria alimentaria, el 46% tiene un trabajo temporal. Uno de cada tres empleados en ocupaciones manuales y en limpieza y saneamiento, tiene un contrato temporal.
Los trabajos de limpieza y seguridad suelen subcontratarse, y otras ocupaciones clave se cubren habitualmente con trabajadores cedidos por empresas de trabajo temporal. Esto ocurre sobre todo en los almacenes, y cada vez más en la sanidad.
Más del 46% de los empleados clave de los países de renta baja trabajan muchas horas. Las jornadas largas son más frecuentes en el transporte, donde casi el 42% de los trabajadores clave de todo el mundo trabajan más de 48 horas semanales. Una parte sustancial de los trabajadores clave de todo el mundo también tienen horarios irregulares o jornadas reducidas.
Casi el 60% de los trabajadores clave de los países de renta baja y media carecen de algún tipo de protección social. En los países de renta baja, la protección social es mínima y sólo alcanza al 17% de los trabajadores clave. El panorama es aún más sombrío para los trabajadores clave autónomos en la mayoría de los países en desarrollo, ya que carecen casi por completo de protección social.
Garantizar un trabajo digno
"El personal sanitario, los cajeros de supermercado, los repartidores, los trabajadores postales, la gente de mar, los limpiadores y otras personas que suministran alimentos y artículos de primera necesidad continuaron desempeñando su trabajo, día tras día, incluso en el punto álgido de la pandemia, a menudo con gran riesgo personal," declaró el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo. "Valorar a los trabajadores clave significa garantizar que reciben un salario adecuado y que trabajan en buenas condiciones. El trabajo decente es un objetivo para todos los trabajadores, pero es particularmente crítico para los trabajadores clave, que proporcionan necesidades y servicios vitales tanto en los buenos como en los malos tiempos".
Para garantizar la continuidad de los servicios esenciales durante futuras pandemias u otras crisis como catástrofes naturales, el informe recomienda una mayor inversión en las infraestructuras, la capacidad productiva y los recursos humanos de los sectores clave. La falta de inversión, especialmente en los sistemas sanitario y alimentario, contribuye a un déficit de trabajo decente que socava tanto la justicia social como la resiliencia económica. Entre otras recomendaciones, el informe pide:
El informe esboza un marco que los países pueden utilizar, como parte de un proceso de diálogo social, para identificar las lagunas en el trabajo decente y la resiliencia económica con respecto a sus trabajadores clave y servicios esenciales, y desarrollar una estrategia nacional para abordarlas con políticas e inversiones reforzadas.
Actualidad Laboral / Con información de OIT