En un entorno donde las oportunidades laborales para los jóvenes escasean y las soluciones planteadas no logran atacar la problemática de manera rápida y efectiva, la necesidad de crear nuevos empleos es inminente. No obstante, el experto en educación Pasi Sahlberg sostiene que no es necesario crear empleos donde ya existen, sino que es posible formar a los jóvenes para que opten por crear nuevos tipos de empleos que respondan a necesidades y a los intereses de cada uno.
1.000 millones de jóvenes excluidos del mercado laboral
Esta revolucionaria idea impulsa a los jóvenes a ser proactivos y tomar el control de su futuro profesional. El experto finlandés es uno de los principales promotores de la reforma del sistema educativo finlandés, que se encuentra consistentemente en el Top 10 de los mejores sistemas del informe PISA.
En el marco de la charla inaugural del congreso LEIF 2015, Sahlberg explicó que “el mundo está cambiando”, y que “en 2020 habrá 1.300 millones de jóvenes de entre 15 y 30 años en edad de trabajar, pero el mercado solo absorberá a 300 millones”. Por tanto, la situación actual es tan sólo una mínima fracción de lo que viene, y para hacer frente a ello se debe cambiar la mentalidad, y la Universidad es un actor fundamental en el proceso.
Un nuevo paradigma educativo
El experto sostiene que la misión de las instituciones de educación universitaria es de “concienciar a los estudiantes de que tal vez no haya un puesto de trabajo esperándoles tras graduarse, que emplearse a sí mismos es una posibilidad viable y que todo depende de su creatividad y su capacidad inventiva”.
Finlandia ya ha tomado un paso en este sentido, concretamente en 2010 en la Universidad de Aalto en Helsinki, estableciendo programas multidisciplinares que amplíen su visión del mundo, ya que de acuerdo con Sahlberg, “en el contexto actual, no es recomendable encasillarse en un único conocimiento”.
Con respecto a la creatividad, el educador británico Ken Robinson advertía en 2006 que las escuelas son las principales trabas a la creatividad de los niños y que los programas educativos se centran en matemáticas y relegando la música o el dibujo por su falta de compatibilidad con la búsqueda posterior de empleo. Sin embargo, Robinson sostiene que el futuro es incierto y sólo se sabe que “la creatividad es esencial para adaptarse con éxito a los cambios”.
Agrega además que “los niños no tienen miedo a equivocarse. Cuando llegan a la edad adulta el sistema ya les ha cortado las alas. Si no estás abierto a fallar, nunca se te va a ocurrir nada original”.
El mercado laboral ya no se dicta por los títulos universitarios
Robinson explica que si bien antes el título aseguraba el trabajo, “Hoy, ya no valen nada”, y esto implica que “hay que repensar los principios fundamentales en los que les estamos educando”.
Por su parte, Sahlberg, actualmente trabajando como profesor invitado en la Universidad de Harvard, no cree que las universidades sean las culpables de la desconexión entre educación y empleo, sino que el golpe repentino de la crisis no permitió a los gobiernos reaccionar, pero que intentan adaptarse. Igualmente piensa que “la clave es la financiación pública y la implicación del Gobierno y de toda la comunidad educativa”.
Actualidad Laboral / Con información de Universia