18-08-2017
Steve Bannon, una presencia tan enérgica como polémica en la Casa Blanca del presidente Donald Trump, se va. Trump aceptó el viernes su renuncia, con lo que puso fin a siete meses turbulentos para su estratega en jefe, en la partida más reciente de un gobierno hundido en el torbellino.
La vocera de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, dijo que el viernes fue el último día de Bannon en el puesto. “Agradecemos sus servicios y le deseamos lo mejor”, dijo en un comunicado que confirmaba la partida de Bannon.
Republicano combativo y heterodoxo, Bannon fue un asesor clave en la campaña presidencial de Trump, pero ha sido una presencia contenciosa en una Casa Blanca dividida en facciones beligerantes.
El exdirectivo de Breitbart News, un cibersitio noticioso de tendencia derechista, impulsó a Trump a cumplir con sus promesas de campaña y fue el autor de varias iniciativas polémicas como la veda al ingreso de musulmanes y el abandono del acuerdo climático de París, pero tuvo desacuerdos reiterados con otros asesores y con el mismo presidente.
Bannon presentó su renuncia a Trump el 7 de agosto, según un allegado al asesor.
La renuncia debía materializarse una semana después, el 14 de agosto, el primer aniversario desde que Bannon se sumó oficialmente a la campaña presidencial. Fue postergado por unos días debido a la violencia en Charlottesville.
Sin embargo, el suelo ya temblaba bajo sus pies desde hacía semanas, en particular desde que el nuevo jefe de despacho de la Casa Blanca, John Kelly, inició una revista del personal de la presidencia. Kelly había indicado a sus colaboradores estrechos de que habría cambios significativos, de acuerdo con un funcionario conocedor de sus planes pero sin autorización para hablar públicamente.
El presidente había reducido varias veces la función de Bannon y se negó a expresar confianza en él en una conferencia de prensa improvisada el martes.
“Es una buena persona. La prensa lo trata de manera muy injusta en ese sentido”, dijo Trump. “Pero veremos qué sucede con el señor Bannon”.
La decisión de deshacerse de Bannon no solo afecta al personal de la presidencia. Algunos círculos lo consideran el enlace de Trump con su base y el protector de su contenciosa agenda derechista.
“Es una píldora difícil de tragar si se va Steve porque queda una presidencia republicana llena de generales y demócratas”, dijo el ex estratega de campaña San Nunberg poco antes de que se conociera la noticia. “Es como una dimensión desconocida”.
Actualidad Laboral / Con información de AP