La inestabilidad e inseguridad provocadas por grandes acontecimientos se ha instalado en el contexto en el que operan las grandes organizaciones. A esta situación de “permacrisis” se le ha añade la confluencia de diferentes eventos catastróficos que produce un escenario de “policrisis”, en el que se dan al mismo tiempo varios riesgos que se retroalimentan, lo cual favorece que las organizaciones dejen de poner el foco en lo que es realmente estratégico para centrarse en lo coyuntural.


El reto de cualquier marca es combinar la urgencia de la gestión del día a día, que le obliga a salvar el presente, sin dejar de pensar en lo que será su preocupación mañana.


LLYC ha analizado más de 200,000 mensajes de conversación social durante un año para entender cómo siete megarriesgos globales amenazan actualmente la reputación de las diferentes marcas de grandes sectores de actividad económica. Las principales conclusiones están recogidas en el Informe Sistema de gestión reputacional ante los 7 megarriesgos que vienen.


El costo de la vida, la confrontación geoeconómica, el fracaso en mitigar el cambio climático, la polarización social, el cibercrimen, la escasez de talento y los desastres naturales son los 7 megarriesgos analizados. Alimentación, distribución, inmobiliario, transportes, banca, energía, industria e infraestructuras son los sectores en los que se pone foco a la hora de evaluar las consecuencias.


Costo de la vida


Debido a su rápida irrupción y su urgencia destaca por encima de los demás riesgos. Aunque se considera que es de duración limitada -se estima que se irá atenuando en un par de años-, su persistencia afectará con mayor virulencia a los sectores más vulnerables de la población, generando malestar e inestabilidad política.


Desastres naturales


Las inundaciones, las olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos que pueden devenir en catástrofes naturales son uno de los riesgos considerados de mayor gravedad en los próximos dos años. Se trata de un riesgo complejo de afrontar. Aquí las marcas más expuestas a nivel reputacional son las que están vinculadas a los sectores energético, transporte, alimentación o distribución, ya que existe una probabilidad moderada de que se materialice en eventos de escasez de fuentes de energía y de productos.


Confrontación geoeconómica


Cada vez más los grupos de interés demandan el posicionamiento de compañías y CEOs en asuntos sociales y geopolíticos. La invasión rusa de Ucrania es un ejemplo paradigmático. Cortar las relaciones comerciales con Rusia, a pesar del coste económico que suponía para algunas empresas, fue prácticamente una necesidad para continuar operando en el mercado democrático internacional. Entre los sectores más afectados, tal y como hemos vivido desde el primer semestre de 2022, se encuentra la energía, pero también en transporte, la industria auxiliar de la construcción, la química, la metalurgia o la pesca.


Fracaso en mitigar el cambio climático


Las promesas y los compromisos sobre el cambio climático han crecido año tras año, pero su ejecución parece lejos de las expectativas generales. La realidad es que no todos los países cuentan con las mismas herramientas y voluntad para cumplir los objetivos lo que hace aumentar la desconfianza general. Los actores más afectados por este riesgo son las administraciones públicas, los grupos políticos y las empresas energéticas o del sector de la alimentación con metas oficiales en la reducción de su impacto medioambiental. De los sectores analizados a través de la conversación digital, el de la alimentación y la distribución son los más expuestos aunque la probabilidad de materializarse es media y el impacto reputacional en caso de hacerse realidad, moderado. Esta situación no significa que el riesgo no exista.


Polarización social


Las redes sociales son un foro especialmente idóneo para estudiar este megarriesgo como principal ventana para expresar el malestar general con la situación política, económica o social que lleva a la ciudadanía a proponer soluciones drásticas y a buscar posiciones extremas para lo que sienten que es una situación límite. Las entidades financieras y empresas insignia de sectores clave como el energético, alimentación y distribución, cuyos resultados continúan siendo cada vez más positivos a pesar de las crisis, reciben reproche social y son el principal foco de riesgo reputacional.


Cibercrimen


La creciente dependencia de los sistemas digitales ha cambiado en los últimos años, de manera drástica, la forma en la que funcionan muchas sociedades. En un mundo cada vez más digital y conectado, los ciberataques disponen del entorno idóneo para demostrar la potencialidad de sus riesgos y la realidad de los efectos de su acción. El análisis de datos muestra que es muy probable que el macrorriesgo del cibercrimen se materialice en los sectores de la banca, el transporte y la energía, a pesar de ser un riesgo moderado. La banca es el sector en el que este riesgo tiene un mayor impacto potencial.


Escasez de talento


Falta expertise en campos de conocimiento especialmente nuevos. Existe un claro desajuste entre los avances tecnológicos y las competencias/experiencia de los trabajadores. La escasez de talento preocupa al 96 % de los CEOs globales y a un 80 % de los empresarios españoles. De los sectores analizados el inmobiliario es el que presenta una mayor probabilidad de que se materialice este riesgo, debido a que es recurrente que en las conversaciones se hable de empleo poco cualificado o/y se relacione con el abandono escolar, aunque tiene un impacto potencial moderado. Sin embargo, llama la atención el sector del transporte. Aunque tiene una probabilidad moderada de que los riesgos se materialicen, cuando lo hacen el impacto es grave.


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