12-12-2017
El gobierno federal revisa la actual política que permite conceder permisos de trabajo a ciudadanos extranjeros, ya sea que ingresaron legalmente al país o permanecen indocumentados. El objetivo del plan es reducir el número de autorizaciones de empleo, que en el año fiscal 2017 bordea los 2 millones.
La estrategia fue diseñada para dar cumplimiento a la orden ejecutiva del presidente Donald Trump firmada el 18 de abril, y que se denomina “Compre productos estadounidenses y contrate estadounidenses: colocando a los trabajadores estadounidenses primero”.
La Oficina de Ciudadanía y servicios de Inmigración (USCIS) publicó en su página digital una serie de “datos adicionales” sobre el programa de visas basadas en empleo con el objetivo, dijo, de apoyar la orden ejecutiva del 18 de abril.
El listado incluye los permisos de trabajo otorgados a beneficiarios de visas tipo L-1A y L-1B, H-1B, y H-2B. También a inmigrantes indocumentados beneficiarios de programas de residencia temporal, entre ellos amparados por un TPS (Estatus de Protección Temporal), asilo y la Acción Ejecutiva del 2012 (DACA) para los dreamers.
Las visas tipo L se usa para transferencia internacional de ejecutivos o empleados con conocimiento extraordinario de compañías extranjeras con presencia en Estados Unidos y en el exterior.
Las visas tipo H-1B, en cambio, sirven para la contratación de profesionales extranjeros. Y las H-2B las emplean principalmente trabajadores del área de servicios tales como hoteles o empleados domésticos.
De las visas para extranjeros sin un estatus legal de permanencia, destacan los permisos de trabajo asignados a asilados y refugiados, amparados por un Programa de Protección Temporal –TPS-), asilados/refugiados y DACA.
La advertencia de Trump
El 18 de abril Trump aseguró que su gobierno aplicará “rigurosamente las leyes que rigen la entrada a Estados Unidos de trabajadores extranjeros", sin detallar si se refería solamente a aquellos que reciben visas H-1B (para profesionales) o si también incluiría al proceso para la certificación laboral, un requisito clave que deben cumplir las empresas que contratan a trabajadores extranjeros.
"Nadie podrá competir con los estadounidenses por un empleo. Usaremos todos los recursos que estén a nuestro alcance para restaurar el sueño americano", recalcó el mandatario aquel día luego de insistir en que la ley se reforzará con acuerdos justos, incluyendo los suscritos con Canadá, con quien aseguró buscará "una solución".
"El asunto es que NAFTA ha sido un desastre para Estados Unidos", dijo al referirse al Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que el país mantiene con México y Canadá, y que el presidente está renegociando con ambos países.
Durante su campaña presidencial, el mandatario prometió a sus seguidores que revisaría los programas de visas para trabajadores extranjeros con el objetivo de favorecer la contratación de mano de obra estadounidense.
Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios