El mercado laboral se ha presentado bastante complejo durante los últimos años, con la circunstancia de que se mezcla una gran demanda de ciertos perfiles, a lo que se suma la carencia de ellos y, a la vez, un nivel de paro más elevado que el de los comparables europeos. Ahora, con la introducción de las soft skills al panorama de reclutamiento, la situación se dificulta.


Las soft skills, o habilidades blandas, son habilidades centrales de las personas que se pueden aplicar a cualquier profesión. Algunos ejemplos son el pensamiento crítico, la inteligencia emocional o la capacidad de escuchar.


Durante los últimos años estas habilidades han ido ganando importancia en el panorama laboral, aún más con la introducción de tecnologías como la inteligencia artificial (IA) o la automatización, que dejan obsoletas algunas habilidades técnicas humanas.


La inteligencia artificial y las soft skills


Con la aparición de nuevas IA como Chat GPT ha resurgido el debate sobre la utilidad del factor humano en ciertos puestos de trabajo. Ahora la tecnología es capaz de realizar actividades que antes dependían de los trabajadores como escribir noticias, diseñar logos o analizar datos. ¿Para qué contratar personas cuando una máquina puede encargarse por un coste menor?


Lo que diferencia estas tecnologías de los humanos son las ‘soft skills’. Las habilidades que son inherentemente humanas y que ninguna máquina podrá desarrollar. Es por esto que la demanda de habilidades blandas ha aumentado en gran medida y se espera que en los próximos años sean las más demandadas en el mercado.


Deloitte predice que los puestos de trabajo centrados en las ‘soft skills’ representarán dos tercios de todos los empleos en 2030. A pesar de esto, según un informe de la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos (SHRM) tres de cada cuatro empleadores tienen dificultades a la hora de encontrar nuevos trabajadores con estas habilidades.


El papel de las universidades en el desarrollo de las soft skills


Ante la falta de personal formado en ‘soft skills’ se ha puesto el foco en las universidades para analizar si están entrenando a los estudiantes para adquirir estas capacidades y poder ser competentes una vez lleguen al mercado laboral.


Estas habilidades transversales son clave a la hora de encontrar trabajo. La Fundación Adecco, una compañía de empleo y orientación laboral, llega a relacionar la ausencia de estas habilidades con la exclusión laboral. Aún así, existe una carencia de graduados que tengan estas capacidades.


Aunque mucha gente posea estas cualidades de forma natural, la formación es determinante a la hora de satisfacer las demandas laborales. Tanto la Dirección General para Educación y Cultura de la Unión Europea como la Agenda de Educación Superior de la UE coinciden en que la adquisición de estas competencias es esencial y su demanda en el mercado laboral aumenta cada año. Es por esto que consideran necesaria una formación continua.


Analizando la oferta formativa de las universidades, se puede ver como la mayoría de las asignaturas están centradas en el conocimiento técnico, dejando más de lado las ‘soft skills’.


Según un informe de la SHRM, un 51% de personas consideran que los sistemas educativos no están haciendo mucho por solucionar esta carencia de graduados con habilidades blandas. Algunas de las ‘soft skills’ que echan más en falta son la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la innovación, la creatividad y la capacidad de comunicación.


Esta falta formativa debería solucionarse. Según el informe de la Asociación de Universidades Americanas las soft skills son los factores de empleabilidad que los ejecutivos consideran más importantes. Además, son la mejor manera de preparar a los graduados para sus objetivos a largo plazo y prepararles para una carrera profesional fructífera.


Cómo adquirir soft skills


Aunque para mucha gente algunas soft skills como el liderazgo, la iniciativa, la flexibilidad o la capacidad de adaptación sean rasgos natos, para muchas otras no. Además, poseer ciertas habilidades blandas no quiere decir que una persona tenga también, por ejemplo, inteligencia emocional, creatividad o habilidades de comunicación. La formación continua es esencial para adquirir nuevas ‘soft skills’.


Adecco ha publicado un informe con 10 consejos para desarrollar las capacidades trasversales, entre los que se encuentran desarrollar la autoconciencia, controlar las emociones o potenciar la habilidad social. Además, aconsejan los cursos de formación, la práctica consciente e incluso la lectura.


Actualidad Laboral / Con información de Capital