16-10-2017
Muchas profesiones se han visto asaltadas por las llamadas tecnologías disruptoras, que implosionan el sector desde una aplicación telefónica. El caso más conflictivo es el de Uber y su irrupción en el mundo del transporte de pasajeros. De ahí nació el término de uberización del trabajo, en referencia a la externalización de los empleados, que realizarían sus tareas bajo demanda mediante una app, de una forma tan flexible como inestable. Una palabra temida por muchos sectores laborales que ahora han escuchado en el gremio de enfermería del Reino Unido. La semana pasada, durante la conferencia del Partido Conservador británico, el ministro de Sanidad, Jeremy Hunt, anunció que el año que viene se pondrá en marcha un programa piloto por medio de "una nueva oferta de trabajo flexible basada en apps para su personal".
Hunt aseguró que la aplicación funcionará junto con una bolsa de empleo para ayudar a enfermeras y enfermeros "con sus propias responsabilidades de cuidado". "También tienen que cuidar de sus propias familias: niños en edad escolar, madres o padres con demencia, una pareja que hace frente al cáncer", justificó el ministro. Hunt, que critica los "arcaicos" modelos que no permiten al gremio de enfermería cuidar de su familia, lamentó que los "contratos inflexibles para el personal conducen a pagas exorbitantes por las horas extras" que necesita el Sistema Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés).
El anuncio, que llega en plena crisis del NHS por los recortes y la falta de personal, ha recibido una dura respuesta por parte de los sindicatos. "Tener a nuestro personal, sobreexplotado y mal pagado, avisado en el último minuto por medio de una aplicación de que no son necesarios es una idea terrible y el comienzo de una pendiente resbaladiza", denunció Rehana Azam, responsable de servicios públicos del sindicato GMB. "La idea de que hay una reserva de mano de obra en el NHS sin explotar que se puede desbloquear con una app es pura fantasía", criticó Azam. Y apuntó: "En lugar de perder dinero creando un Uber para el NHS, ¿por qué el ministro no da al personal la subida de sueldo que necesita desesperadamente?".
No es la primera vez que Hunt busca soluciones tecnológicas a los problemas estructurales de su departamento. Recientemente anunció el lanzamiento de una app que permitiría relacionarse con los médicos. También recibió respuesta del gremio afectado, en este caso de la Asociación Británica de Médicos, en la que le venía a decir que de donde no hay, no se puede sacar ni con aplicaciones telefónicas: "Las nuevas tecnologías creadas con la intención de mejorar el acceso no resolverán el problema fundamental de que sencillamente no hay suficientes consultas disponibles con médicos y enfermeras porque no hay suficientes médicos y enfermeras disponibles para satisfacer las crecientes necesidades de nuestros pacientes".
El cuerpo de enfermería del NHS tiene un agujero de 24.000 empleados, era el mayor importador de la UE antes del Brexit y lleva años con el sueldo congelado. Sin embargo, voces como think tanks liberales reclaman que se aprovechen las nuevas tecnologías para recortar todavía más el gasto sanitario en el Reino Unido. Por ejemplo, Reform publicó en febrero un informe en el que aseguraba que la robotización podía ayudar a prescindir de 250.000 empleos públicos. Y añadía: "Los servicios públicos pueden convertirse en el próximo Uber, utilizando la economía gig para emplear médicos suplentes y proveer maestros". El término anglosajón de gig economy —también economía colaborativa— se usa para definir ese modelo laboral en el que la relación clásica de trabajador por cuenta ajena se sustituye por empleados freelance que cobran únicamente por pequeñas tareas, como los repartidores de Deliveroo.
Desde este think tank se adelantaban unos meses al anuncio del ministro asegurando que dado que estos nuevos trabajadores a trocitos "prestan servicios de forma temporal y flexible, pagados solo cuando hay demanda", las plataformas digitales ofrecen una alternativa posible y más barata. Pero van más allá y proponen el desarrollo de plataformas estatales para conseguir mano de obra para todos los empleos del sector público, desde ambulancias a escuelas, que serían contratados bajo demanda para "reducir drásticamente el costo del personal temporal, mientras se garantiza la protección adecuada frente a la demanda fluctuante".
"Esto es, sin duda, una forma de que el NHS ahorre costos al permitirles pagar salarios solo en los momentos específicos en que las enfermeras son necesarias", afirma Mark Graham, especialista en digitalización del trabajo en el Instituto de Internet de la Universidad de Oxford. Graham explica a Materia que esta flexibilidad no es necesariamente una buena noticia para las propias enfermeras. "Si bien permitirá flexibilidad, algo que algunos trabajadores desean, sin duda creará condiciones de trabajo más precarias para el personal", augura.
Para este investigador, la cuestión es que esta estrategia puede tener impactos negativos en el personal que simplemente quieren un trabajo estable y bien pagado. "De la misma manera que tenemos salarios mínimos y no permitimos que todo el personal elija su propio salario, porque conduciría a una carrera hacia el fondo, no deberíamos necesariamente tomar medidas para reducir la calidad del trabajo de las enfermeras", explica. "Si Jeremy Hunt iba en serio en su intención de buscar el bienestar de las enfermeras en lugar de tratar de recortar los presupuestos, haría una encuesta representativa en la que les pregunta si están dispuestas a intercambiar flexibilidad por precariedad", zanja Graham.
Actualidad Laboral / Con información de El País