Una de las mayores preocupaciones de cualquier persona es su estabilidad laboral, de la que dependen no solo su fuente de ingresos, sino también su bienestar emocional y psicológico. Hay quienes incluso llegan a soñar con perder su puesto de trabajo, aunque ello no signifique que realmente vayan a ser despedidos. En cualquier caso, hasta los empleados con mayor experiencia o años acumulados en una empresa corren el riesgo de perder su trabajo en un momento dado. Pero, ¿cómo te puedes dar cuenta de que tu puesto corre peligro? Por suerte, siempre hay algunas señales que pueden darte una pista.


Al menos, eso asegura Susan Peppercorn, coach experta en relaciones laborales y autora del libro 'Deshágase de su crítico interno en el trabajo: estrategias basadas en la evidencia para prosperar en su carrera'. En este artículo en 'Harvard Business Review' explica cómo descubrir si estás en riesgo de ser despedido... Y lo cierto es que basta con un poco de sentido común.


1- Un cambio en la dirección


Uno de lo mayores signos de que tu despido es inevitable es un cambio profundo en la dirección de la empresa o del área de la que dependes (y que ese nuevo rumbo no te incluya, evidentemente). "Un cambio en la dirección que cambia quien tiene el control de tu puesto o departamento, puede ser un presagio de que las cosas serán diferentes. Los cambios en el liderazgo pueden precipitar cambios en el trabajo para empleados o equipos completos. Un nuevo jefe puede querer aportar nuevas perspectivas o contratar a personas con las que ya han trabajado, lo que podría significar la sentencia de los empleados existentes".


2- Empiezas a quedarte fuera del círculo


A pesar de ser una comedia y de que no trata el tema de las relaciones laborales, en la película 'Los padres de ella' (2000) el exagente de la CIA Jack Byrnes -interpretado por Robert DeNiro-, habla en repetidas ocasiones del "círculo de confianza", en el que se toman las decisiones familiares y al que impide entrar a su yerno. Algo similar a lo que sucede en una empresa: ya sea por un cambio en la dirección o por otro motivo; cuando empiezas a quedarte fuera de las reuniones importantes, ya no estás en copia de los emails sensibles o hay una tensión palpable con tu jefe, deberías empezar a preocuparte por tu puesto de trabajo.


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3- Pierdes una referencia


Hay otro caso evidente en el que los empleados pueden ver su puesto de trabajo seriamente amenazado. Imaginemos, por ejemplo, a alguien que se incorpora a un proyecto liderado por alguien que pide su fichaje explícitamente. Supongamos que, además de un gran respeto profesional, también existe una amistad forjada a base de años trabajando juntos. ¿Qué pasa si esa persona se jubila o, peor, si es despedida? En ese momento, tu principal valedor, tu máxima referencia en la empresa desaparece. Y, con ella, buena parte de tu seguridad laboral en la compañía.


4- Menos proyectos o tareas


Por último, también existe otro indicador bastante preciso de que podrías estar a punto de ser despedido: cuando ves que ya no te asignan proyectos o que empiezan a reasignar tus tareas a otros compañeros, deberías empezar a preocuparte. Puede que aguantes así durante un tiempo, pero esa falta de productividad impuesta desde el exterior hará que tarde o temprano tu puesto termine siendo absorbido por otra u otras personas. Lo mejor que puedes hacer en estos casos es ir preparándote para un eventual despido e ir tomando las medidas oportunas, bien para evitarlo, bien para encontrar nuevas oportunidades laborales.


Actualidad Laboral / Con datos de La Información