La inteligencia emocional (IE) es la capacidad de identificar, regular y expresar adecuadamente las emociones, lo que permite experimentar empatía y confianza en las relaciones con amigos, familia y colaboradores. Al tener conocimiento de las propias emociones, es posible canalizarlas para que trabajen a favor, y no como un bloqueo; y expresarlas con la intensidad, forma y hacia las personas correctas. Al ser concebida como una habilidad es entrenable, medible y está al alcance de todos. La IE incrementa el autoconocimiento, saber quiénes somos, lo que sentimos, cómo actuamos en situaciones emocionales y qué hacer en ellas.


Esta capacidad se vincula con habilidades como la automotivación, persistencia, empatía, capacidad de negociación y relaciones interpersonales, valorados y de utilidad en entornos de convivencia como un grupo de estudio o el trabajo. ''Sobre todo en el contexto actual, con clases y jornadas laborales remotas desde casa, la estabilidad emocional, la flexibilidad psicológica y capacidad de adaptación a nuevos escenarios, tolerancia a la frustración y manejo de la incertidumbre son esenciales'', asegura Paola Rubio, especialista y docente de Aprende Institute.


¿De qué manera impacta la inteligencia emocional en el entorno laboral y educativo?:


1- Mejor rendimiento de los equipos: Se logra una mayor productividad y crecimiento. Se pueden reducir costos asociados a rotación y el ausentismo del personal, así como con el bajo rendimiento.


2- Eficacia organizacional y potencial de liderazgo: Ayuda a desarrollar la habilidad para provocar cambios, alcanzar metas e influir en otras personas para que, de manera voluntaria, se comprometan con el logro de objetivos en común, con la guía adecuada.


3- Eficacia interpersonal, capacidad de trabajo en equipo y negociación: Dentro de una organización laboral o escolar, estas habilidades son esenciales, pues facilitan el desarrollo de los procesos, el intercambio de ideas y que estas, sean puestas en común, armoniosas, evitando así el conflicto.


4- Autocontrol, autoconfianza y automotivación al logro: La capacidad de gestionar las emociones, pensamientos y acciones aumenta la posibilidad de tomar mejores decisiones, controlar el estrés en situaciones adversas y mantener el interés y enfoque en las metas.


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5- Capacidad de adaptación y respuesta creativa: Ante contratiempos y obstáculos, esta habilidad permite ser flexibles ante los cambios que se dan en el ámbito laboral. Y también, a modificar las conductas que no son benéficas o que no resultaron efectivas para alcanzar los objetivos.


6- Capacidad de escucha y comunicación efectiva: Ambas habilidades permiten empatizar, comprender y conectar con el otro a un nivel más profundo, comprender su contexto y relacionarnos de manera personalizada.


De esta manera, la inteligencia emocional es una competencia muy valorada en ámbitos de interacción con otras personas y trabajarla personalmente, te traerá beneficios en tu vida profesional y personal. Su importancia es tal, que cada vez más organizaciones se comprometen con ser emocionalmente inteligentes, al desarrollar a sus colaboradores y entender que las emociones influyen en su desempeño y en su motivación.






Actualidad Laboral / Con información de RRHH Digital