Acosar es intentar hacer daño a alguien que tiene dificultades para defenderse o que está en posición de desventaja con el agresor. El acoso laboral siempre causa un enorme sufrimiento psíquico y psicosomático en la víctima, tanto en el entorno personal como en el familiar y social y, por supuesto, daña globalmente a la corporación.


El profesor sueco Heinz Leymann estudió en los años 80 el acoso laboral y publicó su famoso Leymann Inventory of Psychological Terrorization, un inventario que permite identificar hasta 60 conductas inapropiadas en el ámbito de trabajo, una relación que conviene tener siempre a mano.


El acoso laboral o mobbing es la intimidación sistemática y prolongada en el tiempo, sea del tipo que sea, que se produce contra un trabajador, bien por un igual, por un superior o por un inferior. La persona que es acosada se siente degradada, desanimada, humillada, con baja autoestima, temerosa y sin ninguna motivación; padece estrés, insomnio, depresión, irritabilidad, sentimientos de culpa... y su sufrimiento puede somatizarse en todo tipo de enfermedades.


El fin de un acosador suele ser que la persona acosada abandone el trabajo. Detectarlo es función del líder y de la organización, y también atajarlo cuanto antes. Pero, dados sus efectos catastróficos para las personas y las empresas:


acosolaboral1

  1. El líder debe ocuparse, con los especialistas en la materia, de establecer los protocolos de prevención del acoso laboral, darlos a conocer a los miembros, informar de los procedimientos para evitar y detectar el acoso, comunicar cómo canalizar las denuncias si las hubiere y cuáles serían las consecuencias para los responsables.



  1. Hay que dar prioridad a los valores que animan el espíritu empresarial, que son la confianza, la comunicación, la solución de problemas... El objetivo principal de las corporaciones es crear un ambiente de trabajo abierto, ser accesible y mostrar en todo momento que las emociones de las personas son verdaderamente tenidas en cuenta.



  1. La responsabilidad social corporativa no se limita al exterior. Las empresas que cuidan su imagen, el medioambiente y la integración en la sociedad, deben atender primero a su bienestar interior. Es necesario animar cuidar la equidad en la promoción, establecer políticas de bienestar, ofrecer compensaciones y retribuciones justas y crear programas de acogida para los nuevos empleados.



  1. Hay que formar al personal en prevenir el acoso laboral. Los cursos y las jornadas formativas deben ser una actividad habitual y recurrente en la empresa.



  1. Jamás pensar que la persona acosada se lo merece porque tiene problemas de personalidad, trastornos emocionales o desequilibrios psíquicos...


Las corporaciones deben actuar antes de que se produzca una denuncia, porque lo peor es no hacer nada.


Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios / Estrella Flores-Carretero