23-11-2017
El aumento de los salarios reales debe ser la prioridad de los gobiernos de la Unión Europea (UE) en el 2018, afirmó la Comisión Europea (CE) al presentar sus recomendaciones estratégicas en materia de política económica y social.

La mancomunidad atraviesa una fase de “actividad económica sólida” con la zona del euro en vías de crecer este año a su ritmo más rápido en una década.

Al mismo tiempo, los niveles de empleo están más elevados que nunca en la UE, las tasas de desempleo se dirigen hacia los niveles anteriores a la crisis y las condiciones de financiamiento volvieron a ser favorables.

“La prioridad es ahora garantizar que esta situación persista y se traduzca en beneficios para todos los ciudadanos europeos”, afirmó el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en rueda de prensa.

Para eso, Bruselas considera esencial centrarse en los salarios, que “sólo están subiendo con lentitud”, de acuerdo con el comisario.

“La realización de reformas estructurales debe centrarse en la creación de las condiciones necesarias para impulsar aún más la inversión y en aumentar el incremento de los salarios reales en apoyo de la demanda interna”, abogó.

Dichas reformas son necesarias “para que la economía europea sea más estable, integradora, productiva y resistente”, indicó.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo siguió insistiendo en la importancia de velar por el equilibrio entre la sostenibilidad de las finanzas públicas y el apoyo a la expansión económica en los presupuestos nacionales.

“La reducción de los altos niveles de deuda y la reconstrucción de estabilizadores presupuestarios deben seguir siendo prioritarias”, destacó en sus recomendaciones.

“Colmar las lagunas en materia de fiscalidad, mejorar la calidad de la composición de las finanzas públicas y orientar mejor el gasto pueden contribuir a este esfuerzo”, sugirió.

Se espera que Francia rebaje su deuda al umbral de 3.0% este año, pero la CE también advierte del riesgo de que la cifra vuelva a subir en el 2018.

Actualidad Laboral / Con información de El Economista de México