En ambientes con altas temperaturas, es común que aparezca el estrés térmico, el cual puede afectar la capacidad de concentración y rendimiento de las personas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuando la temperatura supera los 30 grados Celsius, la productividad de un individuo puede reducirse hasta en un 50%. Por lo tanto, es fundamental tomar medidas para enfrentar el calor en el lugar de trabajo y mantener un ambiente seguro y saludable.


La NOM-037 regula las condiciones de seguridad y salud en el teletrabajo. Bajo esta norma se considera la temperatura como un factor físico que puede afectar al trabajador. Plantea preguntas específicas sobre la temperatura del entorno laboral y la necesidad de ventilación adicional. Es importante reconocer que la temperatura, al igual que la iluminación o el ruido, influye en las condiciones seguras y saludables durante la actividad laboral, incluso en la modalidad de teletrabajo.


¿Qué es el estrés térmico?


El estrés térmico es una de las principales consecuencias de trabajar en un entorno con temperaturas inadecuadas. Según la Universidad de Valencia, este padecimiento puede estar relacionado con factores como el calor metabólico, la intensidad de las tareas realizadas, la humedad ambiental, la vestimenta y la velocidad del aire. Los efectos negativos del estrés térmico en la salud de los trabajadores pueden incluir disminución de la capacidad de atención y concentración, alteraciones del sistema vascular, apatía, irritabilidad y trastornos circulatorios y cardíacos.


La Organización Internacional del Trabajo señala que el calor excesivo en el trabajo representa un riesgo para la salud y puede reducir significativamente la capacidad y productividad de los trabajadores. Cuando la temperatura supera los 24 a 26 grados, la productividad comienza a disminuir. Al alcanzar los 33 o 34 grados, incluso con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pueden perder hasta el 50% de su capacidad laboral. Se estima que, debido al calentamiento global, para el año 2030 podría haber una pérdida del 2.2% de las horas laborales en todo el mundo debido al aumento de las temperaturas.


Si bien el calor es una preocupación común, un ambiente de trabajo demasiado frío también puede tener efectos perjudiciales para los empleados. El frío excesivo puede provocar dolor, disminución de la destreza mental y física, así como problemas respiratorios y cardiovasculares. Por lo tanto, es importante encontrar un equilibrio en la temperatura del entorno laboral para garantizar el bienestar y el rendimiento óptimo de los trabajadores.


Actualidad Laboral / Con información de Pulso Laboral