Para muchos es difícil aceptarlo, pero el coronavirus vino a transformar la manera de hacer negocios en el mundo. Miles de empresas han tenido que rediseñar su modelo de negocios y los consumidores han modificado sus hábitos de compra. Ya nos somos –ni seremos– los mismos de antes.


Ante este escenario inesperado, ¿cómo pueden las compañías ser competitivas y rentables? Hay tres grandes estrategias que deben seguir para mantenerse a flote, aun cuando vivamos en una de las contingencias sanitarias más letales de los últimos 100 años: adaptarse al cambio, certificarse e innovar.


La flexibilidad tanto cultural (mental) como estructural (modelo de negocio) de una firma para no morir ante una crisis


Los emprendedores y directivos deben tener en mente siempre la teoría de Charles Darwin, escrita en El origen de las especies a finales del siglo XIX, pero publicada en los años 60: “las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”.


Un ejemplo de lo anterior lo vemos en las entregas en el hogar para evitar que las personas salgan a la calle. Es necesario que tu negocio fortalezca o agregue el área de entregas a domicilio o en algún punto; ofrecer diversos modos de pago, tanto electrónicos como depósitos en tiendas de conveniencia; y ampliar nuestros canales de comunicación con los clientes, ya no basta un correo electrónico o un teléfono, hay que implementar vías como WhatsApp, chats, apps y redes sociales.


Las certificaciones de tus procesos son vitales para ganar clientes exigentes o incluso licitaciones del gobierno


Una certificación es una distinción que otorga un órgano internacional, en la que se reconoce el cumplimiento de ciertas normas, como la ISO 9001 o 20000-1, que se inscriben en el sector de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).


Una enseñanza clara sobre este tema podemos encontrarla en la empresa mexicana CySAMD, dedicada a proveer productos y servicios de TI, que recientemente logró las certificaciones ISO 9001 y 20000-1. Al contar con estos sellos, la organización fue disminuyendo poco a poco sus costos operativos, mejoró sus procesos internos y fue ganando más clientes con mayores ventas.


La innovación, va de la mano con las certificaciones


Estos distintivos provocan que las compañías estén en constante renovación y actualización. Pero también tiene que ver con la reinvención constante de los productos y servicios.


Como dijimos al principio, los consumidores ya no son los mismos de antes, por tanto, es necesario brindarles artículos ‘muy bonitos’ pero que además, resuelvan sus necesidades actuales.


Apple dio una gran lección de esto cuando presentó el iPhone, el primer celular con pantalla táctil que vino a facilitarnos el uso de un aparto usando las yemas de nuestros dedos. De ahí que la “facilidad de uso” de un producto sea una necesidad que los consumidores buscan hoy más que nunca.


Otras virtudes que los compradores buscan es que el producto sea: sustentable, de bajo costo, durable, único, no tóxico, reciclable y de alta calidad.


Actualidad Laboral / Con información de Mundo Ejecutivo