En un mercado cada vez más competitivo, donde los nuevos jugadores se vuelven más eficientes y las demandas de resultados siguen aumentando, es esencial que las empresas busquen formas que conduzcan a sus equipos a sobresalir.


Por lo tanto, es importante que estos profesionales trabajen en ser cada vez más resilientes. Además, la organización debe ofrecer los medios necesarios para que el aprendizaje suceda.


Está claro que las empresas se muestran cada vez más preocupadas por capacitar y desarrollar a los colaboradores. Sin embargo, poco se investiga sobre si estos conocimientos son integrados para dirigir la rutina profesional a los objetivos.


Es por ello que, las áreas de gestión de personas, en asociación con empresas de capacitación, están invirtiendo en capacitación experimental, a través de dinámicas de inmersión. No obstante, este conocimiento cuando no se pone en práctica, perece.


Capacitación por imitación


Por ello, la mejor capacitación seguirá siendo el ejemplo gestor. Somos seres programados y programables, porque el cerebro humano funciona bajo condicionamiento, especialmente, a través de la asociación de imágenes. Y la forma más actual es la imitación.


Es posible que haya oído hablar de la imitación como una técnica de Rapport para vincularse y empatizar con alguien. El principio es el mismo, pero la imitación a la que nos referimos es mucho más grande y profunda.


Entonces, ¿cuál es el impacto de un gerente en el comportamiento de un miembro de su equipo? La respuesta es: ¡El impacto es total!


Asimismo, cuando se trata de resiliencia, este aspecto adquiere relevancia, ya que es una de las soft skills o habilidades blandas más difíciles de enseñar o impartir.


La soft skill por excelencia


La resiliencia es una de las habilidades abstractas más prácticas que existen; esto la hace muy compleja. Por lo tanto, la gestión resiliente es un desafío grande y atractivo para quienes buscan la excelencia en sus equipos. ¿Qué hacer para tener equipos más resilientes? La respuesta es simple: tener gerentes resilientes.


En primer lugar, el gerente debe ser un profesional. Debe poner en práctica esta habilidad reflejando y acondicionando a su equipo. Liderar es inspirar y también incluye la coordinación del trabajo. ¿Y qué sería coordinar el trabajo si no condiciona y ordena las actividades? El condicionamiento significa reforzar lo que está correcto, y/o redirigir lo que está equivocado.


La resilencia también significa la capacidad de las personas para adaptarse o hacer frente a cambios repentinos o dificultades sin ceder a presiones y adversidades.


Buenos ganadores


Los profesionales resilientes son los “buenos ganadores”, que no se equivocan acerca de la comodidad o el brillo de la victoria, pero usan el logro como inspiración, aprendizaje y combustible para sus próximos pasos. ¿Quiere tener un equipo resiliente, fuerte ante la adversidad y consciente ante las victorias? Sea un líder resiliente.


Este será el mejor entrenamiento y uno de los mejores legados para dejar a los miembros de su equipo.


Muestre con ejemplo, la calma, en medio de la tormenta, la visión general de los problemas, la abstracción y la disociación del escenario presentado inicialmente. Muéstrate humilde y agradecido con el éxito.


Finalmente, recuerda que el éxito siempre debe ser compartido para que sea sostenible. Pero especialmente para que todos sepan que este éxito, como la tormenta, es fugaz y que el aprendizaje y el crecimiento serán parte de la vida.


Actualidad Laboral / Con información de Mundo Ejecutivo / Wendel Ramada