Tratar con un compañero de trabajo pasivo agresivo no es fácil, especialmente cuando eres una persona sensible. Debido a tu naturaleza, es posible que te tomes personalmente los comentarios difíciles de un colega, lo que significa que eres incapaz. O puedes descubrir que los desaires de tu colega y su comportamiento debilitante desencadenan tu reactividad emocional.



Signos de comportamiento pasivo agresivo en el lugar de trabajo


Según la Clínica Mayo, la agresividad pasiva implica albergar sentimientos negativos pero expresarlos indirectamente. En otras palabras, un compañero de trabajo pasivo agresivo puede sentirse enojado, celoso o molesto, pero enmascara sus emociones a través de una hostilidad indirecta. Un colega pasivo agresivo puede actuar de esta manera debido a su educación, poca confianza o poca capacidad de resolución de conflictos, por nombrar algunos.


El comportamiento pasivo agresivo en el lugar de trabajo puede ser sutil y difícil de detectar. Más comúnmente incluye:


- Sarcasmo


- La «ley de hielo»


- Procrastinar o dejar tareas sin terminar


- Una actitud cínica o aire de superioridad


- Insultos y no cumplidos disfrazados


- Testarudez


- Chisme


- Inventar excusas


- Culpar a los demás


- Nunca dar una respuesta directa


- Rechazar otros puntos de vista y comentarios


- Decir que se sienten infravalorados


El comportamiento pasivo agresivo, ya sea malintencionado o involuntario, contribuye a crear un entorno laboral tóxico. Si no se controla, puede erosionar la moral de los empleados y contribuir al agotamiento, incluso si disfruta del trabajo que haces.


¿Cómo lidiar con un compañero de trabajo pasivo agresivo?


Acabar con los patrones pasivos agresivos en el lugar de trabajo puede ser complicado. Se necesita tiempo y paciencia. Pero aprender a hacer un cortocircuito en este ciclo improductivo puede hacerte más seguro y eficaz.


Ver más allá de la superficie


Cuando un colega controla una actitud pasivo-agresiva, determina cómo este comportamiento te ha beneficiado en el pasado. Busca el resultado positivo oculto que motiva a la persona a actuar pasivamente de forma agresiva. ¿Qué logran al no expresarse directamente? Pueden llegar a sentirse superiores al menospreciar a los demás. O tal vez chismean para ser parte de la «multitud» en la oficina.


En el fondo, el comportamiento de tu colega probablemente esté impulsado por el miedo: miedo al rechazo, miedo a perderse algo, miedo a no ser lo suficientemente bueno. Reconocer su motivación te ayuda a poner su comportamiento en perspectiva, hacer espacio para un mínimo de empatía y hacer una pausa para elegir cómo quieres responder.


Quita la recompensa


Si bien puedes sentirte molesto por las críticas de tu colega o la falta de seguimiento, rehúsa reflejar tu tono emocional. No los regañes ni los rescates. Evita responder con comentarios como «¿Por qué harías eso?» o «¿Qué quieres decir realmente?»


Considera las formas en que puedes permitir que la dinámica pasivo agresiva se mantenga en su lugar también: cumplidos indirectos, postergar los entregables, decir «está bien» cuando no lo está. El ojo por ojo no te lleva a ninguna parte. De hecho, resulta contraproducente. Reaccionar a las provocaciones solo intensifica el conflicto y le da a la persona pasiva agresiva la recompensa que desea, manteniendo el mal comportamiento en su lugar.


Mantén tu humor y no dejes que el comportamiento pasivo agresivo te afecte


Esfuérzate por mantener la calma y controlar tus emociones para que puedas estar tranquilo Tratar de no estar molesto no hace que el problema desaparezca. En todo caso, a menudo lo empeora. Es perfectamente razonable sentirse frustrado por un comportamiento pasivo agresivo, pero procesa tus emociones fuera de tu interacción con la persona.


Construye mejores límites


Tienes derecho a ser tratado con respeto en el lugar de trabajo (lo cual es una expectativa que nunca debe transigir). También tienes la responsabilidad de proteger tu bienestar mental y emocional de los vampiros de energía pasiva agresiva. Eso podría significar trabajar desde casa para limitar el contacto, ponerte los auriculares mientras trabaja o dar una caminata rápida alrededor de la cuadra para despejar tu mente.


Saca el ego de la comunicación


Si tu trabajo requiere la colaboración de colegas pasivos agresivos, es posible que debas modificar ligeramente tu comunicación para que las cosas funcionen. Cuando estés en una conversación directa, evita usar palabras como «usted» o «su» cuando te dirijas a la persona pasivo agresiva. Reemplázalo con declaraciones que comiencen con «nosotros» para despersonalizar los problemas (tenemos algunos desafíos …) o «cuando» (cuando hay una falta de comunicación en el equipo …). Dominar algunos principios simples de asertividad puede ayudar a desactivar la resistencia y reforzar la cooperación.


Establecer límites y cumplir


Cuando comiences a cambiar la forma en que te comunicas, puede haber reacciones violentas de tus colegas. Las microagresiones pueden intensificarse cuando interrumpes la forma normal y elusiva de hacer las cosas. Sé consistente en tu comunicación asertiva y trabaja para establecer estándares y expectativas claros que hagan que las personas rindan cuentas. Las consecuencias, cuando se diseñan de manera efectiva, son la forma más poderosa de rechazar el comportamiento pasivo agresivo. Por ejemplo, si deseas reducir las tardanzas, comience las reuniones a tiempo, independientemente de quién llegue tarde. Si dices que comenzarás sin ellos, aplícalo.


Adopta una política de puertas abiertas


Las personas pasivas agresivas luchan por expresarse abiertamente en el trabajo, pero puedes influir en un cambio positivo dando la bienvenida a los comentarios y al diálogo. Empieza por ofrecer diferentes formas en las que tus colegas pueden ponerse en contacto. Menciona que la puerta siempre está abierta para ellos o que está disponible en Zoom a lo largo del día si surge algo.


Fomentar la comunicación bidireccional ayuda a evitar patrones pasivos agresivos antes de que comiencen. Al hacerlo, ayudas a crear un lugar de trabajo psicológicamente seguro donde puede prosperar la resolución de problemas constructiva y saludable.


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