Al hablar de zona de confort, lo primero en lo que pensamos es en una persona que está en alguna situación donde se siente cómoda, no busca hacer más; sabe que es seguro y no piensa en cambiar las cosas, porque todo funciona bien como está. Vivir en zona de confort afecta la vida personal y el entorno. Cuando una empresa no quiere cambiar y no presta atención a las necesidades actuales, entonces se encuentra sumida en una zona de confort que le impedirá crecer y tener éxito. Para salir de ella, se requiere de valor y cambio de mentalidad.


Carolina Borracchia, especialista en marca empleadora y CEO de Combo Employer Branding, explica que muchas empresas no salen de la zona de confort porque consideran que es una cuestión de presupuesto, cuando realmente se trata de cambiar actitudes y formas de trabajar, por ejemplo, al reclutar talento.


“Las empresas siguen teniendo una postura soberbia o autoritaria, sobre todo al buscar talento; porque si quieren, en la entrevista dicen el salario o no, las prestaciones o sobre el lugar de trabajo. Se trata de que no solo los empleadores elijan, sino que los candidatos tengan participación”, dijo la autora del libro "Las compañías también tienen zona de confort". Detalló que, el mayor costo que las compañías requieren al cambiar es tener el coraje de querer hacerlo, de implementar políticas que generen un buen ambiente de trabajo y una cultura laboral, para así posicionarse como la mejor empresa que ofrece tanto buena calidad en sus productos o servicios, como en su forma de trabajo interna.


Los síntomas



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Saber si se está o no en la zona de confort puede ser complicado, pero Borracchia destacó que hay 25 señales, de las cuales destacan tres: creer que las relaciones se construyen de la misma forma que antes, no ocuparse de la experiencia y ponerse como objetivo salir en un ranking. “Para Recursos Humanos, la propuesta de valor al empleado es lo que ellos planificaron: un paquete de beneficios, oportunidades de desarrollo, etc. Pero, no necesariamente todo eso es la razón por la que una persona se queda trabajando en la compañía”, mencionó.


Marca empleadora


Cambiar la forma de atraer talento es solo uno de los muchos cambios, que las empresas requieren para salir de la zona de confort, así como crear una adecuada marca empleadora; es decir, tener una buena reputación de trabajo y reclutar talento. “Las compañías con un nivel de reconocimiento alto tienen la ventaja de ser conocidas, pero es necesario dejar en claro qué expectativas están generando en los candidatos, con el nombre de la compañía como empleadora. Quizás no tiene que ver la experiencia del producto o servicio con la del trabajo”, declaró Carolina Borracchia.


En este sentido, lo que las empresas deben buscar es el talento sustentable, aquel que cuente con las habilidades necesarias para realizar las actividades y que además, quiera permanecer en la organización por mucho tiempo; un gran reto sobre todo con las nuevas generaciones que cambian constantemente de trabajo. Para ello, hay que comenzar por conocer las necesidades de los colaboradores, darles beneficios personalizados, saber qué esperan del trabajo y establecer los presupuestos para llevar todo a cabo.


Las cuatro C


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Procurar mayor atención a los colaboradores es clave para salir de la zona de confort y tener una adecuada marca empleadora, pero no es lo único que se debe hacer. Si realmente se quiere generar un cambio, Borracchia indicó que se debe seguir el modelo de las cuatro C: colaboradores (la atención que se da a los empleados), candidatos rechazados (tener transparencia y dejar buena imagen a quienes no ingresaron), candidatos cualificados (atraer perfiles de otras empresas o universidades que pueden funcionar, pero no saben si se sienten atraídos por la empresa) y ex candidatos (crear un programa que mantenga la relación con el talento que ya se fue).



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