La pesquisa sobre corrupción contra políticos y empresarios de Brasil continuará con fuerza, incluso después de que el presidente Michel Temer se vio involucrado, aseguraron esta semana el ministro de justicia y el procurador general del país.

El ministro de Justicia, Torquato Jardim, dijo que la enorme investigación “Operación Lavajato” es una victoria para los brasileños.

“Es imparable”, señaló. “Lo que se necesite hacer se hará bajo la Constitución y las leyes”.

Por su parte, el procurador general de Brasil, Rodrigo Janot, expresó que el país no tolerará un regreso al sistema que estaba antes de que comenzara la investigación.

“Los brasileños están alerta ahora”, señaló.

El 26 de junio de este año Temer se convirtió en el primer presidente en turno en ser acusado formalmente por corrupción. El despacho de Janot lo acusó de aceptar sobornos.

Sin embargo, para que el caso sobre el presidente pueda avanzar es necesario que cuente con la aprobación del Congreso, y algunos legisladores también se han visto involucrados en la investigación. La Cámara de Diputados de Brasil votará en agosto si Temer debe o no ser acusado.

Aunque ambos funcionarios están de acuerdo en continuar con las investigaciones, Jardim y Janot desempeñan papeles muy diferentes pero complementarios. La oficina de Jardim financia a los investigadores que trabajan en la oficina independiente de la procuraduría, y el procurador (Janot) es el encargado de autorizar los cargos.

El Ministerio de Justicia forma parte del gabinete presidencial, y como tal, asesora al presidente sobre políticas de justicia penal, aplicación de la ley y el sistema judicial, pero un abogado personal aconseja a Temer sobre sus cargos de corrupción.

Janot ha indicado que él podría preparar una segunda ronda de cargos contra Temer. Cuando se le preguntó a Jardim sobre esa posibilidad, el ministro de Justicia dijo que si eso llegara a pasar, el gobierno “verá lo que tenemos que hacer. Primero hay que ver qué pasa”.

Temer es el tercer presidente consecutivo de Brasil que tiene problemas con la ley. El exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva fue condenado la semana pasada por corrupción y lavado de dinero como parte de la misma investigación en la que Temer está involucrado. El miércoles, el Banco Central de Brasil congeló cuatro cuentas de Lula debido a su sentencia.

La sucesora de Lula y predecesora de Temer, Dilma Rousseff, fue destituida por un cambio ilegal en el presupuesto, el cual no está relacionado con la investigación.

Actualidad Laboral / Con información de AP