Resulta que algunas personas son muy buenas a la hora de darse cuenta de cuándo es el momento necesario para abandonar, mientras que a otros les cuesta mucho trabajo "dejar algo". Una investigación de la Universidad de Rochester ha descubierto que las personas están motivadas por "objetivos de aproximación" o por "objetivos de evasión".


Los del grupo de la aproximación están motivados por los desafíos y no pierden el tiempo intentando resolver problemas que simplemente no tienen una solución factible. En otras palabras, saben cuándo abandonar.


Sin embargo, a las personas motivadas por objetivos de evasión les preocupa mucho más el fracaso. Quieren evitar el fracaso a toda costa, así que siguen empecinados en seguir con las cosas, incluso cuando resulta evidente que ha llegado del momento de seguir adelante. Esta es una forma mucho menos productiva de trabajar.


Saber cuándo parar es una habilidad que se puede aprender. Si sueles quedarte atascado en algo mucho después de que resulte evidente que no funciona, no todo está perdido, puedes aprender a dejar las cosas atrás. Tan solo necesitas practicar un poco. Por suerte, la vida ofrece muchas oportunidades para hacerlo. Estas son algunas cosas que todos deberíamos dejar de hacer.


Deja de dudar de ti mismo


La confianza desempeña un papel esencial en el éxito. Hewlett-Packard ha llevado a cabo un interesante estudio en el que ha analizado el proceso mediante el cual las personas solicitan ascensos en la empresa. Resulta que las mujeres solo lo hacen cuando cumplen el 100% de los criterios para el trabajo que quieren, mientras que los hombres lo hacen cuando cumplen el 60% de los criterios.


Los investigadores han llegado a la conclusión de que una de las (muchas) razones por las que los hombres dominan los escalafones superiores de la compañía es que están dispuestos a intentar conseguir más puestos que las mujeres. A veces la confianza es lo único necesario para alcanzar el siguiente nivel. El truco está en que tienes que creerlo. Si dudas de ti mismo, no funcionará.


Deja de aplazar las cosas


El cambio es difícil. La superación personal es difícil. Esforzarte para conseguir lo que deseas es difícil, y también lo es el trabajo para conseguirlo. Cuando las cosas son difíciles, siempre resulta más fácil posponerlas para el día siguiente. El problema radica en que el mañana nunca llega. Decir que lo harás mañana no es más que una excusa, y significa que o bien no quieres hacerlo realmente o bien quieres disfrutar de los resultados sin el duro trabajo que ello conlleva.


Deja de pensar que no tienes elección


Siempre hay una opción. Claro, a veces es una elección entre dos cosas que parecen igualmente malas, pero aun así hay una elección. Fingir que no hay ninguna te convierte en una víctima de la impotencia. Para ser la víctima, tienes que renunciar a tu poder. Para tener éxito al más alto nivel, tienes que dejar de entregar tu poder.


Deja de hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente


Albert Einstein dijo una vez que la locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente. A pesar de su popularidad y perspicacia, hay muchas personas que parecen decididas a que dos más dos sean finalmente cinco. El hecho es simple: si sigues el mismo enfoque, obtendrás los mismos resultados, independientemente de lo mucho que desees lo contrario. Si quieres resultados diferentes, necesitas cambiar tu enfoque, incluso cuando te resulte difícil hacerlo.


Deja de pensar que todo va a funcionar por sí solo


Resulta tentador pensar que todo va a acabar funcionando, sin embargo, en realidad tienes que hacer que funcione. Esto tiene muchas implicaciones. No esperes que tu jefe se dé cuenta por sí solo de que estás listo para un ascenso, no esperes que tu compañero de trabajo deje de mandarte trabajo si siempre estás dispuesto a hacerlo, y no pienses que nadie va a dejar de pasarte por encima mientras tú lo permitas. No todo va a funcionar por arte de magia; tienes que ser proactivo y asumir la responsabilidad por ti mismo.


Deja de decir que "sí"


Cada "sí" que dices es una compensación. Al decir "sí" a una cosa, estás diciendo "no" a otra. Decir "sí" a quedarte hasta tarde en el trabajo, por ejemplo, puede significar decir "no" al gimnasio o al tiempo que pasas con tu familia. Una investigación llevada a cabo en la Universidad de California, San Francisco, ha descubierto que conforme más difícil te resulte decir que "no", más probable será que experimentes estrés, agotamiento e incluso depresión. Decir que "no" es, en efecto, un gran desafío para muchas personas.


No, es una palabra poderosa que no debes tener miedo de usar. Cuando llegue el momento de decir que "no", evita frases como "no creo que pueda" o "no estoy seguro". Decir que "no" a un nuevo compromiso honra tus compromisos existentes y te brinda la oportunidad de cumplirlos con éxito. Cuando aprendes a decir que "no", te liberas de restricciones innecesarias y liberas tu tiempo y energía para las cosas que realmente importan.


En resumen, existen docenas de formas en las que nos interponemos en el camino para alcanzar todo nuestro potencial. Dudamos de nosotros mismos, decidimos que algo es demasiado difícil, o nos decimos a nosotros mismos que nos ocuparemos de algo al día siguiente. Si realmente deseas tener éxito, deja de centrarte tanto en lo que deberías estar haciendo y, en su lugar, echa un vistazo a las cosas que deberías dejar de hacer.


Actualidad Laboral / Con información de Ihodl