Un equipo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore (EE. UU.) ha descubierto que un método de entrenamiento cerebral que se utiliza con frecuencia en estudios científicos puede ayudar a mejorar nuestra memoria de trabajo.

La memoria de trabajo es la que usamos en el día a día, especialmente en la escuela o en el contexto laboral, y se refiere a nuestra capacidad para obtener información nueva y adaptar nuestras respuestas en consecuencia, durante breves períodos de tiempo. Es clave en el proceso de aprendizaje, de ahí que no resulte sorprendente, que los científicos hayan estado investigando si existen "recetas para el éxito" cuando se trata de mejorar la memoria de trabajo.

Hasta el momento, los estudios científicos no han identificado de manera concluyente un método efectivo de entrenamiento del cerebro para aumentar las habilidades cognitivas. Sin embargo, los científicos de la Universidad de Johns Hopkins han empleado un enfoque nuevo para probar la efectividad de los diferentes métodos de entrenamiento cerebral. Y han descubierto, por primera vez, que un ejercicio concreto puede mejorar significativamente la memoria de trabajo.

"Las personas afirman que el entrenamiento cognitivo unas veces funciona y otras no. Mostramos que importa qué tipo de entrenamiento estás haciendo. Esta tarea parece mostrar los resultados más consistentes y el mayor impacto en el rendimiento y debería ser en la que nos deberíamos centrar en si estamos interesados en mejorar la cognición a través del entrenamiento", explica Kara J. Blacker, líder del trabajo.

Los expertos plantearon la hipótesis de que los estudios previos tal vez no se hayan centrado en las tareas de entrenamiento cerebral más eficaces cuando intentan abordar la pregunta: "¿Podemos mejorar algunas de nuestras capacidades cognitivas?". Por ello, compararon dos tipos principales de actividad de entrenamiento cognitivo y midieron la actividad cerebral de los participantes antes y después de haber participado en estos ejercicios, utilizando electroencefalogramas (EEG).

El equipo reclutó a 136 adultos jóvenes (44 de ellos hombres), que fueron divididos en tres grupos. Todos ellos fueron sometidos a las mismas pruebas en la línea de base, con el fin de determinar las capacidades de la memoria de trabajo, la atención y los niveles de inteligencia.

En este estudio se abordaron dos tipos de ejercicios de entrenamiento cerebral: "dual n-back" y "span complex". Dual N-Back: unir 2 tareas simultáneas y conseguir que el cerebro pueda recordar las dos; podemos reducir las tareas y usar solo una, o aumentarlas y trabajar con 3; esto es, implica recibir información visoespacial y auditiva simultáneamente. En Span-Complex, "la tarea del participante era recordar el orden y las ubicaciones de cuadrados rojos presentados en una cuadrícula de 4 x 4". Este ejercicio no requiere actualizar constantemente la información recibida como en el anterior ejercicio.

Divididos en tres grupos, los participantes tuvieron que hacer la tarea Dual N-Back, la de expansión compleja o una tarea de control durante un mes, repartidas en 5 días por semana durante 30 minutos por sesión.

Tras las exploraciones finales de electroencefalografía, los científicos descubrieron que la memoria de trabajo de los participantes que habían participado en la prueba de Dual N-back habían mejorado en un 30% su memoria de trabajo, lo que es casi el doble que la mejora mostrada en los participantes a los que se les había asignado el segundo tipo de entrenamiento cerebral.

Los mismos participantes también mostraron cambios en la actividad de la corteza prefrontal, una región del cerebro altamente implicada en la atención y la memoria.

"Los hallazgos sugieren que esta tarea en particular [dual n-back] está cambiando algo en el cerebro. Hay algo sobre la secuencia y la actualización que realmente interviene en las cosas que solo la corteza prefrontal puede hacer, la resolución de problemas del mundo real", explica Susan Courtney, coautora del estudio.

A los expertos les gustaría adaptar este ejercicio para poder orientarlo al consumidor o incluso poder distribuirlo de forma comercial en un contexto clínico.

"La mayor lección aquí fue que sí, el entrenamiento intensivo fortalece la cognición y el cerebro, pero aún no entendemos por qué y cómo. No podemos simplemente saltar a un videojuego y esperar que eso vaya a curar todos nuestros problemas cognitivos. Necesitamos intervenciones más específicas ", comenta Courtney.

Actualidad Laboral / Con información de Muy Intersante