Los colombianos afiliados a los fondos de cesantías del país retiraron el año pasado 1,2 billones de pesos de sus cuentas individuales, con el fin de atender una situación de desempleo, principal objetivo de este ahorro.

La Asociación Colombiana de Fondos de Pensiones y Cesantías (Asofondos) reveló que esta suma corresponde al 35,4 por ciento del total de retiros que hicieron los trabajadores colombianos durante el 2014, y que sumaron 3,46 billones de pesos.

Según la agremiación, la mayoría de los retiros han beneficiado en su mayoría a trabajadores de bajos ingresos.

De acuerdo con las cifras, el segundo uso de las cesantías se fue a construcción o mejoramiento de vivienda, con un 25,9 por ciento (898.425 millones de pesos), seguido por compra de vivienda con un 21,6 por ciento (746.759 millones), y por último financiación de estudios para el afiliado o su familia con un 9,1 por ciento (315.742 millones).

Es importante anotar que el 8 por ciento restante, unos 276.000 millones de pesos, se destinó a otros retiros autorizados.

“Las cesantías son un gran aliado del ahorro y, por tanto, del trabajador que ve rentar este dinero pero que también le permite contar con una protección en momentos de dificultad laboral”, aseguró el presidente de Asofondos, Santiago Montenegro Trujillo.

En Colombia, de casi 6 millones de trabajadores afiliados, cerca del 83 por ciento ganan menos de 2 salarios mínimos, lo que demuestra que los mayores beneficiarios de esta prestación siguen siendo aquellos trabajadores con menores ingresos, y más importante aún, dicho ahorro les ha permitido contar con una mayor protección y bienestar.

¿Cómo se ahorran las cesantías?

Sólo en los fondos de cesantías los trabajadores pueden escoger cómo invertir su ahorro: a través del esquema Multiportafolios los afiliados cuentan con dos tipos de portafolio: corto y largo plazo.

Cada uno tiene sus propias características de inversión, rentabilidad y tiempo de permanencia, relacionadas con el riesgo que se asume al invertir los recursos.

La clave a la hora de elegir es saber el uso que le dará y por cuánto tiempo se mantendrán ahorradas. Así, por ejemplo, el portafolio de largo plazo está orientado a los afiliados que conservarán sus cesantías por un periodo mayor a un año y el de corto plazo a aquellos afiliados que las utilizaran en un periodo corto de tiempo.

Actualidad Laboral / Con información de El Tiempo