03-10-2017
Los salarios están subiendo en el este de Europa mucho más rápido que en el resto del continente. Este incremento está ayudando a los países de esta zona a intentar converger con las naciones más desarrolladas del Viejo Continente. Algunos analistas habían pronosticado que a medida que los salarios de países como Polonia, República Checa o Eslovaquia fuesen alcanzando la media de la eurozona, el empleo, la inversión y el crecimiento económico se podrían ralentizar en el Este, algo que aún no ha sucedido.

Según destacan desde la agencia Bloomberg, puede que la fuerte subida de los salarios de Praga o Budapest no supongan una amenaza al modelo de mano de obra 'barata' de Europa Oriental, como algunos expertos habían vaticinado.

La principal causa del optimismo es la productividad. Aunque los aumentos salariales superan actualmente las ganancias de eficiencia, durante gran parte de la transición desde el comunismo hacía una economía de mercado, la productividad real por hora ha sido mucho más intensa que el crecimiento de los salarios.

El coste medio de la mano de obra en los 10 miembros orientales de la Unión Europea es una cuarta parte del coste de Alemania a finales de 2016. Sin embargo, la productividad suponía dos terceras partes respecto a la mayor economía europea, según cálculos de Bloomberg basados en datos de Eurostat.

La productividad

Existe una "reserva" de productividad en Europa Oriental que justifica los aumentos salariales", explica Béla Galgóczy, economista del Instituto Sindical Europeo, con sede en Bruselas.

Esto puede explicar por qué los inversores están poco preocupados por los aumentos de sueldos en la región. Ahora es el momento de aumentar los salarios en el Este para luchar contra la escasez de mano de obra. En esos países se está generando empleo por un lado mientras que una parte de la mano de obra emigra a Europa Occidental en busca de mayores salarios. Esta situación limita la cantidad de trabajadores disponibles en los países del Este.

Escasez de mano de obra

En Hungría, un informe de abril reveló que tres cuartas partes de los inversores alemanes estaban descontentos con la disponibilidad de trabajadores cualificados. A pesar del aumento del 15% de este año del salario mínimo de Hungría.

Algunas compañías están reaccionando rápidamente para mantener a la mano de obra en sus países de origen. La cadena de supermercados alemana Lidl ha aumentado los salarios del personal en tiendas y almacenes de Hungría en un 305 desde comienzos de 2016. McDonald's, por su parte, ofrece a algunos de sus trabajadores alojamiento gratuito .

Si bien el auge salarial podría desafiar el modelo de mano de obra barata de Europa Oriental, los inversores extranjeros todavía ven una buena relación calidad-precio. JP Morgan contratará "varios miles" de personas en Polonia para "empleos bien remunerados", como la gestión de riesgo, ha dicho el viceministro polaco Mateusz Morawiecki este mes.

Con este contexto de bajo desempleo y alzas salariales, los trabajadores en la región están percibiendo mucho más la convergencia de riqueza prometida por la UE después de la caída del Telón de Acero.

Sin embargo, este incremento de los salarios también tiene connotaciones negativas. En ciudades como Praga o Budapest, el precio de la vivienda se ha disparado en la última década. Los ciudadanos que no están logrando beneficiarse de una forma directa de este incremento de los salarios tienen dificultadores para acceder a la vivienda, sobre todo en el caso de Praga, capital de la República Checa.

Actualidad Laboral / Con información de El Economista