La Organización Internacional del Trabajo (OIT), acaba de publicar el informe Aplicación del Convenio sobre pueblos indígenas y tribales núm. 169 de la OIT: Hacia un futuro inclusivo, sostenible y justo, en la conmemoración del 30 aniversario de este acuerdo y sus conclusiones sostienen que es imperioso solucionar el alto nivel de pobreza y desigualdades que padecen los pueblos indígenas


Los pueblos indígenas tienen casi tres veces más de probabilidades de estar viviendo en situación de pobreza extrema, en comparación con sus contrapartes no indígenas, representan casi el 19 por ciento de quienes viven en situación de pobreza extrema (personas que viven con menos de 1,90 dólares EE.UU. al día).


Hoy, la subsistencia y las actividades económicas de muchos pueblos indígenas se han transformado. El informe indica que alrededor del 45 por ciento de las mujeres y los hombres indígenas están fuera del sector agrícola.


Otra conclusión del informe es que, pese a su predominancia entre los pobres, a nivel mundial, los pueblos indígenas tienen una tasa de participación laboral superior a la de sus contrapartes no indígenas (el 63,3 por ciento, en comparación con el 59,1 por ciento). Sin embargo, estas cifras de participación laboral van acompañadas de diferencias sustanciales en cuanto a la calidad del trabajo: a menudo, los pueblos indígenas sufren malas condiciones de trabajo y discriminación.


Según el informe, frente a un 66 por ciento de los pueblos no indígenas, más del 86 por ciento de los pueblos indígenas del mundo trabaja en la economía informal, lo cual suele asociarse con malas condiciones de trabajo y falta de protección social.


Las mujeres indígenas afrontan problemas particulares. Sus tasas de informalidad son más de 25 puntos porcentuales más elevadas que las de sus contrapartes no indígenas. Son las que menos probabilidades tienen de haber terminado la educación básica y quienes más probabilidades tienen de estar en situación de pobreza extrema. También tienen la participación más alta en el trabajo familiar auxiliar (de casi el 34 por ciento). Al mismo tiempo, solo una cuarta parte (el 24,4 por ciento) de las mujeres indígenas están en el trabajo asalariado, una proporción inferior a la de las mujeres no indígenas (el 51,1 por ciento) y los hombres indígenas (el 30,1 por ciento).


Incluso siendo asalariados, los integrantes de los pueblos indígenas ganan en promedio el 18 por ciento menos que sus contrapartes no indígenas.


El informe señala que las tasas de empleo más altas registradas entre los pueblos indígenas podrían estar reflejando la necesidad, provocada por la pobreza, de asumir cualquier actividad que genere ingresos, incluso si está mal remunerada y las condiciones de trabajo son malas.


Asimismo, se subraya que pese a los progresos logrados en los marcos de política pública, es urgente eliminar las desigualdades a las que están expuestos los pueblos indígenas. Se precisan muchas posibilidades para superar la situación y empoderar a las mujeres y hombres indígenas como actores en los ámbitos del desarrollo y el clima, para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer realidad el Acuerdo de París sobre el cambio climático .


Para avanzar, es fundamental que se ratifique y aplique el Convenio de la OIT núm. 169, en particular para establecer y afinar las instituciones públicas y los marcos jurídicos a fin de que favorezcan tanto la celebración de consultas con los pueblos indígenas como su participación.


Actualidad Laboral / Con información de OIT