La lucha por alcanzar la equidad en el campo laboral ha sido muy dura, ha costado años de esfuerzos y de intentar, día con día, cambiar la mentalidad de que las mujeres son capaces de tener un buen puesto por su talento y preparación. Pero para poder analizar este tema y hacer propuestas serias y robustas se necesita contar con evidencia.

Hoy tenemos la suerte de que ya contamos con muchos estudios, así lo consideró Irene, Espinosa, tesorera de la Federación en el Foro “Inclusión Económica de la Mujer, una Buena Práctica Internacional para Incrementar la Rentabilidad”, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) por su 70 aniversario.

Existen barreras para que las mujeres asciendan a puestos de liderazgo. “Esto nos lleva a que estemos por debajo de nuestro máximo potencial económico. Hay una brecha amplia sobre la participación de las mujeres en cargos de toma de decisiones no sólo en México, sino a nivel mundial”, asegura Irene.

Pero para dimensionar los avances y el camino que falta por recorrer. Según datos de Corporate Women Directors International (CWDI), indica que:

  • América Latina tiene la participación más baja de mujeres en Consejos de Administración de empresas con 7.3%

  • En 11 años (2005-2016) sólo se ha incrementado 2.2% la integración de la mujer en estos consejos

  • Mientras que Asia Pacífico aumentó 3% en tres años y Australia 18% en siete años

  • México ocupa la posición más baja de Latinoamérica

  • Colombia cuenta con el 16.2% de la participación el más alto en toda la región


Hace 25 años, la participación de las mujeres en la fuerza laboral de México era de 21%. Esta cifra se ha duplicado a 43.9%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). A nivel nacional, del total de mujeres ocupadas (19.9 millones), sólo el 2.3% son empleadoras y 23.3% trabajan por cuenta propia. De acuerdo con la Organización Mundial del Trabajo (OIT) las mujeres ganan 22.9% menos que los hombres.

Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la participación de las mujeres en la fuerza laboral es de 60% en promedio y en países más avanzados como Suecia muestran el 75%. Dentro de las naciones de la OCDE, México está en penúltimo lugar y Turquía en el último.

De acuerdo con el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial, México se encuentra en la posición 66 de 144 países. Otro dato relevante de este Índice es que el 50% de las principales empresas en América Latina no tiene ninguna mujer en su Consejo de Administración.

Si la participación de hombres y mujeres para el 2015 fuese igual, el PIB crecería 26%, según el Consejo Coordinador Empresarial (CCE). Hoy la mitad de los estudiantes de licenciatura son mujeres y en posgrados abarca el 52%, reporta la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies).

La tesorera de la Federación expresa que las cifras son contundentes. “Enfrentamos barreras formales como un andamiaje jurídico obsoleto. Jornadas laborales inflexibles que no dan pie a la tecnología y nuevas formas de trabajo. Reglas que favorecen el ascenso por antigüedad y no por talento”.

Pero quizás la parte más difícil son las barreras informales, dice la funcionaria. “Tenemos una sociedad muy tradicionalista, con roles preasignados donde el hombre es el proveedor y la mujer la cuidadora de hijos, enfermos, abuelos”.

Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur / Estivaly Calva Tapia