Contrariamente al mito popular, las ciudades y los centros de trabajo con un grupo diverso de inmigrantes tienen mayores salarios en todos los niveles de ingresos incluso para los estadounidenses nativos.

No hace mucho, prominentes líderes demócratas como el expresidente Barack Obama y analistas progresistas como Paul Krugman cuestionaron públicamente lo que los obreros inmigrantes poco cualificados y mal pagados significaban para los trabajadores y la economía estadounidenses. Hoy, sin embargo, los demócratas están casi totalmente unificados en su apoyo a las fronteras abiertas.

Esa es la base del ensayo de Peter Beinart enThe Atlantic en el que argumenta que los demócratas han equivocado el camino en cuanto a la inmigración. Beinart cita una investigación muy debatida que sugiere que los inmigrantes poco cualificados deprimen los salarios de los trabajadores estadounidenses menos cualificados, y cuestiona otros hallazgos de que los inmigrantes de todos los grupos de habilidades benefician las ciudades y la economía estadounidenses como un todo.

Como he escrito aquí antes, rechazar a las personas talentosas que emigran a Estados Unidos sería una absurda herida autoinfligida para la economía estadounidense. Pero no son sólo los inmigrantes altamente cualificados quienes les traen beneficios al país: una población diversa de inmigrantes mejora la economía, para todos. Eso es lo que un nuevo estudio en la revista Journal of Economic Geography concluye en el análisis más exhaustivo hasta el momento de los efectos de la inmigración sobre los trabajadores, las ciudades y la economía estadounidenses.

El estudio de Thomas Kemeny, de la Universidad de Southampton y Abigail Cooke, de la Universidad de Buffalo, analiza no sólo los efectos generales de la inmigración, sino los efectos específicos de los inmigrantes con diferentes niveles de educación, salarios, y habilidades —tanto de inmigrantes altamente cualificados como con baja calificación— en el mercado laboral, las áreas metropolitanas, y la nación como un todo. Sus resultados confirman los beneficios económicos de la inmigración a Estados Unidos e incluso rechazan los malentendidos sobre sus inconvenientes.

La diversidad de inmigrantes aumenta la productividad de manera general

No se trata sólo de tener inmigrantes en la fuerza laboral, sino de tener un grupo diverso de inmigrantes. Kemeny y Cooke revelan que cuando los inmigrantes en un área metropolitana provienen de diferentes países, los salarios y la productividad del lugar se elevan de forma general.

En jerga estadística, sus modelos revelan que el aumento de una desviación estándar en la diversidad de inmigrantes en un centro de trabajo está asociado con un aumento del 1.6% en los salarios del trabajador promedio del lugar. Y ese efecto es más pronunciado en una escala mayor: un aumento de una desviación estándar en la diversidad de inmigrantes de un área metropolitana está asociado con un 5.8% de aumento en los salarios de esa zona.

Este hallazgo clave sigue siendo válido después de controlar una amplia gama de factores, tales como el tamaño y la educación de las áreas metropolitanas y el tipo de industrias y empresas que conforman la economía. En otras palabras, la conclusión no está sujeta a ningún tipo de sesgo en los datos o anomalía en su análisis estadístico. Los autores señalan que la evidencia lleva definitivamente al punto de que "la diversidad de inmigrantes en las ciudades y en los centros de trabajo estadounidenses tiene una influencia positiva independiente sobre la productividad del trabajador".

 

La diversidad de inmigrantes beneficia tanto a los trabajadores altamente cualificados como a los menos cualificados

La diversidad de inmigrantes no sólo conduce a un aumento de los salarios en promedio y en general, sino también conduce a un aumento de los salarios de los trabajadores con diferentes niveles de cualificación y en diferentes posiciones en el mercado laboral. Kemeny y Cooke encuentran evidencia consistente de un efecto positivo de la diversidad de inmigración en cada cuartil salarial.

"En la medida en que observamos un beneficio social de la diversidad de inmigrantes, este beneficio se reparte uniformemente a lo largo de un espectro muy amplio de asalariados", escribieron los autores.

El incremento de la diversidad de los inmigrantes en las áreas metropolitanas incluso se correlaciona con mayores ganancias para los hombres blancos nativos y para los trabajadores en plantas de fabricación, lo que representa un contraste nítido y definitivo con la imperante narrativa antiinmigrante.

Dicho esto, los datos revelan que la diversidad de inmigrantes trabajadores altamente cualificados de altos salarios juega un papel más importante y tiene un mayor efecto que la de los trabajadores menos remunerados y menos cualificados. En las áreas metropolitanas, la diversidad de los inmigrantes con altos salarios se asocia positivamente con salarios más altos en promedio y para cada uno de los cuatro grupos de trabajadores. Los lugares con mayor diversidad de inmigrantes altamente cualificados tienen salarios más altos en general y tanto para los trabajadores altamente cualificados como para los medianamente cualificados y los menos cualificados. Pero la diversidad de inmigrantes menos cualificados y menos remunerados no tiene ningún efecto estadísticamente significativo sobre los salarios en general o sobre los salarios para los diferentes grupos de habilidades de los trabajadores.

A pesar de que la diversidad de inmigrantes más cualificados en centros de trabajo tiene un mayor efecto sobre los salarios en los centros de trabajo (en contraposición con lo que sucede en las áreas metropolitanas en general), la diversidad de inmigrantes poco cualificados tiene un efecto positivo —aunque menor— sobre el promedio de los salarios de los trabajadores de los cuatro grupos de habilidades. No hay pruebas de que los inmigrantes depriman los salarios de los trabajadores, independientemente de si trabajan en empleos bien remunerados de alta cualificación o en empleos menos remunerados de baja cualificación. En definitiva, se trata de la evidencia más fuerte de que los inmigrantes son buenos para las ciudades y para la economía en su conjunto.

Es fácil culpar a los inmigrantes de los problemas económicos de la economía de Estados Unidos, los bajos salarios de los trabajadores poco calificados, el aumento de la desigualdad económica, la creciente desigualdad geográfica y los desafíos de las ciudades y regiones afectadas. Pero la realidad es que esos problemas no se derivan de los inmigrantes sino de la transformación económica estructural más amplia que ha conducido a la disminución de empleos de clase media y a la bifurcación de la economía y del mercado laboral en un pequeño conjunto de empleos de conocimiento altamente remunerados y un conjunto más amplio de empleos de servicios mal remunerados.

Todo tipo de inmigrantes benefician la economía estadounidense. Y los lugares con más y más diversos grupos de ellos funcionan mejor y tienen mayor productividad y salarios. Los inmigrantes altamente cualificados traen talento y ambición que los convierte en contribuyentes desmesurados a nuestra base científica y técnica y a nuestra economía emprendedora e innovadora.

Como he sostenido durante mucho tiempo, lo que ha hecho de Estados Unidos la nación más innovadora del mundo no es el ingenio estadounidense, sino el talento y la iniciativa emprendedora de los inmigrantes. Los inmigrantes menos cualificados, como mis abuelos que vinieron a este país del sur de Italia con prácticamente ninguna educación, traen su propio talento y ambición, hacen el tipo de trabajos sucios y peligrosos que los estadounidenses no quieren hacer, y traen habilidades y capacidades que refuerzan las de nuestra propia fuerza laboral. Muchas, si no la mayoría, de nuestras grandes ciudades no estarían creciendo en lo absoluto si no fuera por los inmigrantes.

Los inmigrantes son la espina dorsal de la innovación estadounidense, la economía estadounidense y el sueño estadounidense. Sería económicamente desastroso para los demócratas ceder ante el Trumpismo en este sentido. Cerrar nuestras fronteras y darles la espalda acabará perjudicándonos a nosotros, así como perjudicándolos a ellos.

Actualidad Laboral / Con información de Univisión / Richard Florida