30-04-2020

Millones de estadounidenses presentaron solicitudes de beneficios por desempleo la semana pasada, lo que sugiere que los despidos se están extendiendo a industrias que no fueron afectadas directamente por los cierres de negocios y paralizaciones relacionadas al coronavirus SARS-CoV-2.


Otros datos mostraron un colapso récord del gasto del consumidor en marzo, debido a los confinamientos para frenar la propagación del COVID-19, la enfermedad respiratoria causada por el virus.


Los reportes se conocen luego de que se informó que la economía sufrió su contracción más aguda desde la Gran Recesión en el primer trimestre, poniendo fin al período de expansión más prolongado en la historia de Estados Unidos.


“La economía sigue entregando cifras que asustan demasiado a todos en el mundo”, dijo Chris Rupkey, economista jefe de MUFG en Nueva York.


Las solicitudes iniciales de subsidios estatales por desempleo alcanzaron un total ajustado por estacionalidad de 3.839 millones en la semana que terminó el 25 de abril, dijo el Departamento del Trabajo.


Si bien la cifra es una baja respecto a los 4.442 millones de la semana previa, marca el cuarto descenso semanal consecutivo y los números aún están en niveles inimaginables hace pocos meses. Economistas consultados por Reuters esperaban 3,5 millones de peticiones la semana pasada.


Las postulaciones a los beneficios por desempleo tocaron un récord de 6.867 millones en la semana al 28 de marzo. Las solicitudes de la semana pasada llevaron el total de personas que piden ayuda por desocupación desde el 21 de marzo a 30.307 millones, cerca de un 18,6% de la población en edad de trabajar.


El reporte también mostró que el número de personas que ha recibido subsidios luego de una primera semana subió en 2,174 millones a 17.992 millones en la semana que concluyó el 18 de abril. El dato de las solicitudes continuas se reporta con una semana de desfase y será seguido de cerca en los próximos meses para entender mejor la crisis del mercado laboral.


En otro reporte publicado el jueves, el Departamento de Comercio dijo que el gasto del consumidor, que representa más de dos tercios de la actividad económica de Estados Unidos, se hundió un 7,5% el mes pasado, cifra récord.


El gasto de los consumidores fue lastrado por menores desembolsos en temas de salud, debido a que centros dentales cerraron y los hospitales aplazaron las cirugías electivas y las consultas que no fueran emergencias para concentrarse en los pacientes de COVID-19. El gasto creció un 0,2% en febrero.


La inflación mensual fue débil en marzo y el índice de precios de gastos de consumo personal (PCE) que excluye componentes de alimentos y energía cayó un 0,1%. La cifra fue la más débil desde marzo de 2017 y se conoce tras el alza de 0,2% en febrero. En los 12 meses a marzo, el llamado PCE subyacente subió un 1,7% luego del alza de 1,8% de febrero.


Los ingresos personales cayeron un 2,0% en marzo, su mayor declive desde enero de 2013.