13-02-2017
América Latina y el Caribe es la región en desarrollo con mayor participación laboral de la mujer, que aún debe librar una dura batalla contra la discriminación salarial y por lograr la equidad en la responsabilidad del cuidado familiar, afirmó una alta funcionaria de la ONU.

La directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, la brasileña Luiza Carvalho, habló de los "grandes avances" que la mujer ha logrado en esta parte del mundo en las últimas dos décadas, así como de los retos que tiene ante sí esta población en el ámbito de empoderamiento económico.

"Una de las cosas más destacables de la región es la participación laboral (femenina), es la más alta tanto en términos absolutos como porcentuales, comparado con otras regiones del mundo en desarrollo", aseveró Carvalho.

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de participación de las mujeres en la fuerza laboral de América Latina y el Caribe se ubica en el 49.5%, muy por encima del 30% que registraba a mediados de 1970, mientras que la de los hombres es del 71.3%.

Superar las brechas de género en el mercado laboral puede aumentar el producto interno bruto (PIB) per cápita en la región en un 14 %, de acuerdo a datos de ONU Mujeres de 2015.

"Infelizmente la mujer está básicamente concentrada en los niveles de salario mínimo", aseguró Carvalho, al destacar que los progresos en materia de inserción laboral no se han reflejado en la cuestión económica.

En América Latina y el Caribe "la mujer tiene una diferencia salarial con el hombre de 20 % en promedio para toda la región, aunque en algunos países puede llegar al 40 %", sin embargo, en esto la situación "es mejor que en otras regiones", dijo.

A nivel mundial, las mujeres ganan en promedio un 23 % menos que los hombres, según datos de la ONU.

En las últimas décadas aumentó en la región la inserción educativa de la mujer, pero eso tampoco se ha reflejado en mejores puestos en el mercado laboral.

"La participación de mujeres en el sector de tecnología aún es muy desigual al de los hombres, de alrededor del 10 %", y hay solo "alrededor de 4 % de participación" femenina "en las juntas ejecutivas" de las empresas, añadió.

Además de asuntos culturales, como la arraigada creencia de que la mujer es naturalmente más apta para cuestiones sociales que técnicas, Carvalho destacó como un elemento transversal que influye en el progreso laboral de las mujeres la cuestión de la responsabilidad del cuidado de la familia.

"El cuidado de los familiares, de los niños y de los adultos mayores está muy concentrado en la mujer (...) ahí tenemos que trabajar con el Estado, con empresarios y con los hombres", aseveró.

ONU Mujeres, recalcó la directiva regional del organismo mundial, tiene un programa que se llama "He for she" (Él para ella), "en el que llamamos a los hombres a pensar en su actitud y a empezar a dividir proporcionalmente las responsabilidades del hogar".

"Queremos un cuidado (familiar) que sea socialmente responsable, compartido tanto por el Estado, las empresas y también por el hombre en el espacio doméstico", añadió.

Actualidad Laboral / Con información de Diario de las Américas