Las relaciones laborales en México están viviendo una importante transición que deriva de la adaptación a los nuevos retos que representan la reciente renegociación del TLCAN, próximamente T-MEC, así como la ratificación del Convenio 98 de la OIT por parte de México. Ante esta nueva realidad, resulta inminente la adecuación de la legislación laboral mexicana, que representará un parteaguas en el entorno de las relaciones colectivas.


El objetivo primordial del Convenio 98 es garantizar la libertad sindical y salvaguardar la protección de las organizaciones de trabajadores y empleadores, contra actos de injerencia de unas respecto de las otras. Por su parte, las disposiciones laborales del T-MEC prevén la libertad de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva, teniendo prohibido los patrones interferir en actividades sindicales, así como discriminar o ejercer coerción en contra de los trabajadores por actividades sindicales, o por su negativa a unirse a un sindicato.


Cabe resaltar que desde 1950 México ratificó el Convenio 87 de la OIT, en el que se reconocía ya la universalidad de la libertad sindical y se prohibía la discriminación. Al respecto, La Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones señaló que los sindicatos “blancos” y contratos no operativos, son una práctica habitual en México que se contrapone a los intereses de los sindicatos democráticos. El Gobierno de México intentó desvirtuar tales señalamientos mencionando que el gobierno no fomentaba esa práctica y que había realizado acciones concretas para garantizar la representatividad sindical, tales como la reforma constitucional de 2017, así como la existencia del protocolo de inspección laboral tendiente a detectar prácticas de simulación de contratos colectivos.


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Con la inminente reforma a la legislación laboral, todos los contratos colectivos de trabajo existentes serán revisados al menos una vez durante los cuatro años, siguientes a su entrada en vigor. Dichos contratos deberán estar disponibles y accesibles a todos los trabajadores en un sitio web centralizado. La representación de la mayoría de los trabajadores deberá ser acreditada por el sindicato titular del contrato colectivo. De igual forma, se promoverán políticas para eliminar la discriminación por género, incluyendo embarazo, acoso sexual, orientación sexual y género, promoviendo la igualdad de la mujer en el lugar de trabajo.


El nuevo gobierno de México ha señalado que fortalecerá las inspecciones para garantizar el cumplimiento de obligaciones en materia de subcontratación, evitando simulaciones como mecanismo para evadir responsabilidades laborales. Los factores de la producción deberán estar muy atentos a fin de implementar estrategias que les permitan enfrentar, oportunamente, los nuevos retos que enfrentarán en próximas fechas.


Actualidad Laboral / Con información de Forbes México