23-03-2021

El hambre aguda y la hambruna podrían impactar a la población en más de 20 países en los próximos meses si la comunidad internacional no toma medidas urgentes para evitarlo, alertó este martes el informe sobre focos de hambre en el mundo elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).


Aunque Yemen, Sudán del Sur y el norte de Nigeria encabezan la lista de naciones en alto riesgo, el documento pone la mira en focos importantes en El Salvador, Guatemala, Honduras, Haití y Venezuela, cuando analiza la región latinoamericana.


Focos rojos de hambre


La FAO y el PMA consideran que los habitantes de Sudán del Sur, Yemen y el norte de Nigeria son los que están en mayor riesgo de padecer hambre aguda de forma inminente.


En algunas zonas del estado sursudanés de Jonglei, la gente podría haber padecido hambruna en octubre y noviembre pasados y podría regresar a esa situación nuevamente de abril a julio. De acuerdo con las agencias, más de siete millones de personas en Sudán del Sur podrían llegar a la inseguridad alimentaria aguda, con más de 100.000 a nivel de catástrofe durante el periodo de abril a julio.


Yemen es otro de los países en muy alto riesgo puesto que se prevé que la violencia, el declive económico y las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria continuarán en los próximos meses. En las provincias de Al Jawf, Amran y Hajjah, las personas a las puertas del desastre llegarían a 47.000 en junio próximo.


En el norte de Nigeria, el número de personas en situación de emergencia por inseguridad alimentaria aguda sumaría 1,2 millones entre junio y agosto. Unos 13 millones más también pasarán hambre a menos que se amplíe la asistencia alimentaria y se apoyen sus medios de vida.


Afganistán, la República Democrática del Congo, Etiopía, Sudán y Siria son otros países clasificados como focos rojos de hambre.


América Latina


El informe alerta de una escalada de la inseguridad alimentaria aguda en El Salvador, Guatemala y Honduras debido al doble impacto de los huracanes Eta e Iota y los efectos económicos del COVID-19.


Detalla que los meteoros dañaron grandes extensiones de tierras de cultivo, al igual que los medios e infraestructura de los sectores productivo, ganadero, pesquero y de transporte, dando como resultado una caída del suministros y un alza en los precios de los alimentos.


Además, el cierre de actividades impuesto por la pandemia redujo el empleo, sobre todo el informal, provocando pérdida de ingresos familiares y menor acceso a la comida.


El estudio estima que las condiciones en Honduras empeorarán entre abril y junio, cuando unos 3,1 millones de personas enfrentarán una inseguridad alimentaria aguda y 570.000 llegarán a una situación de emergencia.


En Guatemala se calcula que 3,7 millones de personas se encuentran ya en situación grave, con 428 000 en alto riesgo de inanición.


Para El Salvador, el PMA y la FAO estiman que un millón de personas enfrentarán inseguridad alimentaria entre marzo y mayo, con 121.000 en situación de emergencia.


Haití y Venezuela


En Haití, el COVID-19 y las malas cosechas han dejado a casi la mitad de la población, unos 4,4 millones en situación de inseguridad alimentaria grave y a 1,2 millones en situación de emergencia, un aumento de un 6% respecto al año anterior.


En Venezuela, “la situación es probable que se deteriore más” por la hiperinflación y las sanciones internacionales. Los precios de la comida sufren una inflación de un 1700% que se espera que llegue al 6500% en 2021. “Se espera que los niveles de inseguridad alimentaria crezcan significativamente” respecto al 2019, cuando 9,3 millones de personas padecían la carestía de alimentos.


Actualidad Laboral / Nota de Prensa ONU