28-09-2017
Hace tres semanas se anunció lo que pasaría. La planta Gerber de Carabobo tendría que paralizar sus líneas de producción por falta de materia prima importada. Era inevitable. Y así fue. Los trabajadores fueron enviados a vacaciones adelantadas que se vencieron este jueves. Pero las máquinas siguen apagadas. No hay insumos, ni dólares para adquirirlos para reiniciar operaciones.

La empresa, perteneciente a Nestlé de Venezuela, colocaba en el mercado, hasta hace cuatro años, 14 mil toneladas de compotas. Durante lo que va de 2017 solo se logró elaborar dos mil, que es igual a 14,2% de la capacidad, y 50% de la programación para todo el año. Números que no se cumplirán porque la paralización es indefinida.

Rafael García, secretario general del sindicato, detalló que la crisis en la compañía ya era evidente. Desde hace algunos meses había severas fallas con el despacho de envases que le suministra la estatizada Venvidrio, que también enfrenta problemas en la manufactura. Y debido a la falta de insumos y caída de las ventas, durante 2017 se había reprogramado la jornada tres días a la semana.

Esta es la única planta de Nestlé del país, que paralizó sus operaciones. En Carabobo la industria producía, además de colados, bebida Nestea de 900 gramos. En enero fue la última vez que a la firma el Cencoex le liquidó divisas por un monto de nueve millones de dólares, que se tradujo en la materia prima ya agotada.

40 trabajadores se mantienen en la incertidumbre porque la detención de la manufactura es indefinida. Hasta ahora, lo único que saben es que cobrarán salario básico y bono de alimentación.

El lunes 25 hubo una visita de funcionarios de la inspectoría y se instaló una mesa de trabajo, en la que el sindicato solicitó documentos para constatar la realidad de la planta, con el objetivo de que el personal no saliera perjudicado y que se respetara sus beneficios contractuales.

Actualidad Laboral / Con información de Caraotadigital