Dependiendo del tipo de empresa y de su capacidad de digitalización, se ha optado por implementar el trabajo remoto o continuar con la presencialidad. La mayoría de las compañías en América Latina han tenido que aplicar ambas modalidades e, incluso, poner en práctica una mezcla de ellas.


Pero lo cierto es que hay algunas empresas que cuentan con áreas que deben operar presencialmente, especialmente, cuando el teletrabajo no se puede aplicar: por ejemplo, en las líneas de producción de bienes y servicios, y en áreas como servicio técnico, transportes, alimentos, salud, última milla y atención a clientes.


En cuanto a posiciones, aquellas administrativas, operativas y técnicas, suelen tener que asistir a las empresas porque no pudieron transformarse totalmente. Se trata de empleos donde quienes ejercen están en contacto directo con otras personas, como cajeros, recepcionistas o personal de salud, por ejemplo; o deben manejar maquinaria o atender necesidades de la empresa relacionadas con arreglo de computadores y servidores.


Sin embargo, puede haber ciertas excepciones. De acuerdo con Michelle Cascardo, manager de MyDNA, plataformas digitales del Grupo DNA, “hay cargos administrativos que podrían ser remotos, pero en algunas culturas corporativas esto se hace muy difícil porque la propia empresa no está preparada para un esquema de trabajo remoto y eficiente, lo que implica que las personas tengan que seguir yendo a la oficina para nutrirse de información interna, participar de reuniones y ser vistos”.


Para que los colaboradores presenciales no se sientan perjudicados o en condiciones menos favorables que aquellos que se encuentran teletrabajando, se sugiere realizar un manejo diferenciado de los beneficios. “Es importante conocer bien sus necesidades y deseos, y así establecer medidas que resuelvan esos temas, otorgando a ellos mayor bienestar a través de una genuina política de beneficios”, señala Karina Pérez, directora asociada en la empresa de reclutamiento Robert Half Chile.


Trabajo híbrido el más popular para el futuro


En general, durante este periodo de adaptación a los formatos remotos e híbridos, se espera que los trabajadores estén en la oficina entre el 21% y 80% del tiempo, de uno a cuatro días a la semana. En el estudio “One Year On” de Citrix —donde se consultó a 500 ejecutivos de Chile, México, Argentina, Brasil y Colombia, que trabajan en oficinas previo al COVID-19— se estableció que la oficina híbrida aparece como la modalidad más popular para el futuro: el 47% de los trabajadores encuestados en Chile aseguró que la cultura empresarial ha mejorado como resultado del trabajo remoto durante la pandemia.


Divisiones corporativas como Marketing, Administración, Comercial, Informática, RR.HH., Finanzas y Ventas, por ejemplo, están trabajando con un formato remoto y optando por un esquema híbrido. En estas se pudo aplicar la tecnología para que realizaran sus funciones cotidianas.


Mientras en RR.HH., la selección de personal, inducción y capacitaciones se pueden hacer virtualmente, a través de videollamadas; Marketing y el área Comercial y Ventas también pudieron continuar en modalidad remota.


En el equipo del departamento de Marketing, por ejemplo, “había personal que antes de la pandemia se encargaba de diseñar, diagramar y formular planes estratégicos, pero trabajando desde la casa hicieron lo mismo. Se comprobó, entonces, que durante la pandemia, esta área podía ser más efectiva desde la casa porque los trabajadores tenían mayor concentración, siendo mucho menos interrumpidos”, explica Lorena Montespier, chief People officer de Nawaiam, plataforma de videojuegos aplicada a los RR.HH.


En Comercial y Ventas, donde el contacto era cara a cara y había que reunirse con potenciales clientes para ofrecerles productos o servicios, las juntas fueron reemplazadas por videollamadas, siendo las más utilizadas durante 2020 y 2021. “Como no se podía parar el negocio, las reuniones de esta área se fueron coordinando vía e-mail y luego por videollamada, lo que permitió dar a conocer el producto y servicio y luego cerrar la venta”, dice Montespier, quien añade que “el área de Ventas pudo ser más productiva porque podían agendar más reuniones con mayor cantidad de potenciales clientes sin perder tiempo en desplazamientos, lo que les permite ganar tiempo”.


Para Cascardo, pese a que efectivamente todos estos roles pueden ser remotos, hay empresas que valoran la presencialidad, especialmente si su CEO así lo cree. Y en estos casos cuando la modalidad mixta o híbrida se vuelve una alternativa válida, especialmente para ciertas instancias, como reuniones claves y estratégicas y extensas capacitaciones.


“En aquellas reuniones o capacitaciones más largas, donde es difícil poner atención constante, la instancia presencial es más beneficiosa, porque es natural a diferencia del contacto por videollamada”, señala Cascardo.


Pero también se trata de una maniobra que busca mantener la fidelidad de los colaboradores, sobre todo porque uno de los mayores desafíos es mantener al equipo unido e involucrado con la misión, valores y objetivos de la organización estando cada uno en lugares diferentes. Para varios CEO esto se logra mediante la presencialidad, aunque se trate de encuentros específicos. Esto les permite tener reuniones menos formales y generar confianza, compromiso y sentido de pertenencia, lo que favorece la cultura organizacional.


Dejando atrás la presencialidad


Pese a que algunas compañías aún se encuentran indecisas sobre compensar la modalidad de trabajo presencial en el mediano plazo, ya se habla de que el modelo híbrido llegó para quedarse. Como muestra, en el estudio de Citrix, el 66% de los encuestados prefiere un modelo mixto para trabajar y el 65% cree que tras la pandemia, las oficinas tradicionales se utilizarán con un estilo híbrido para iniciativas específicas.


Cascardo indica que “antes sólo el 15% de las empresas hacían home office y durante la pandemia alrededor del 80% lo hizo. Al final, es probable que las compañías remotas sean el 30%, el 40% implemente la semipresencialidad y el resto se queden presenciales”.


La continuidad de los formatos virtuales y mixtos se debe a que las personas se sienten cómodas al no perder la libertad que ganaron en casi dos años y poder mantener su tiempo personal para cuidar su salud, sus relaciones y su estado emocional.


A esto se suman los beneficios para los trabajadores de las organizaciones que consideran dejar atrás la full presencialidad, “como la flexibilidad, bonos por resultados más elevados de lo que anteriormente estaban prefijados y días de vacaciones adicionales y libres por mérito o logros por trabajo en equipo como claramente una cercanía y empatía”, añade Montespier.


Además, existen otros factores positivos en términos de calidad de vida: se reducen los costos y tiempos de traslado, junto con poder equilibrar la vida personal y laboral, además de los beneficios contables y de recursos para las organizaciones que lo implementan.


No hay que olvidar que los formatos remoto y mixto eran el ideal de varias empresas, que finalmente lo pudieron aplicar durante la pandemia y ahora lo están perfeccionado. Perez dice que si bien “tiene aspectos por mejorar, en el mundo laboral será una alternativa más”.


De esta forma, en las empresas se han dado cuenta de sus ventajas e, incluso, los profesionales la exigen como una opción absolutamente válida para desarrollarse. La evaluación pasará entonces por las áreas que mejor funcionan con esta forma de trabajo.


Actualidad Laboral / Con información de MBA Americaeconomia