12-09-2018

Durante dos años, Dezzimond Vaughn, de 31 años, fue un operario muy respetado en la fábrica Tesla de Lathrop, California. Hasta que participó en los intentos de crear un sindicato. De repente, su puesto de trabajo estaba en riesgo. "Comenzaron a cambiar las reglas sin ningún reparo", cuenta Vaughn a The Guardian. Según el exoperador de maquinaria pesada automatizada, Tesla impuso una estricta política de asistencia con efectos retroactivos para quitar puntos a los empleados que se retrasaban o ausentaban.


"Empezamos a hablar de crear un sindicato, porque con él no habrían podido hacer lo que estaban haciendo y no sé cómo, pero se enteraron de que yo organizaba reuniones en mi casa". Vaughn dice que el interés de los directivos en despedirle comenzó en cuanto supieron que era uno de los que lideraban los esfuerzos de sindicalización. "A lo largo de mi último año empezamos a tener choques. Nunca dejé de trabajar, en lo que respecta al trabajo, nunca tuvieron problemas conmigo, pero hubo muchas quejas sobre mí. Mi supervisor me dijo que estaban intentando despedirme".


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En octubre de 2017, Vaughn recibió una llamada telefónica en su casa. Le informaban de que Tesla le despedía porque había tenido dos malas calificaciones seguidas en la evaluación de desempeño de empleados. En la carta de despido, el único motivo de la extinción de contrato es el "incumplimiento de las expectativas de rendimiento". Según Vaughn, las puntuaciones en la evaluación de su desempeño fueron modificadas después para justificar su despido. Donde dice que no hubo cambios fue en los comentarios positivos de su supervisor.


Vaughn enseña a The Guardian una copia de su expediente como empleado y de sus dos últimas evaluaciones de desempeño. En ellas, su supervisor decía de él que era un trabajador que "hace lo que es correcto para la compañía en su conjunto" y "en el que los miembros del equipo siempre pueden confiar tanto para presentarse (la asistencia) como para hacer el trabajo". Sin embargo, sus calificaciones en la evaluación de desempeño son bajas. Pero entre enero y junio de 2015, entre junio y diciembre de 2015 y entre enero y junio de 2016, sus puntuaciones habían sido altas, lo que le había servido para ascender en la empresa. Bajaron cuando los directivos descubrieron su papel en los esfuerzos de sindicalización.


Tarus Starks, el supervisor a cargo de las dos últimas evaluaciones de rendimiento de Vaughn (la de julio a diciembre de 2016 y la de enero a junio de 2017), confirma que fueron los directivos los que bajaron las puntuaciones. "Cuando Dezz comenzó a trabajar para mí, su desempeño fue súper positivo", dice Starks. "Estaba a punto de empezar a formarlo como jefe de apoyo".


"En Tesla nos esforzamos por ser una compañía justa y equitativa, el único tipo de empresa que vale la pena ser. A partir de las evaluaciones de desempeño hay ascensos y, en ocasiones, despidos de empleados", respondió un portavoz de Tesla en un correo electrónico. "En Tesla no se han tomado nunca medidas, ni se tomarán, contra ningún empleado por sus opiniones sobre los sindicatos (….) Es importante recordar que cada año, y como parte de su estrategia organizativa, sindicatos como la Unión de Trabajadores Automotrices presentan unas 20.000 denuncias de prácticas laborales injustas ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales [NLRB, por sus siglas en inglés]".


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