22-07-2019

Con la finalidad de disminuir el caos en el transporte que se puede presentar durante los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020, las autoridades están evaluando la propuesta del teletrabajo, un concepto que les resulta difícil a los japoneses.


En la capital japonesa ya los trenes son un calvario en las horas pico de la mañana y al menor incidente, es un infierno: no se puede acceder a los andenes y en los vagones apenas se puede respirar.


Con ocasión de los Juegos Olímpicos, "esperamos más de 10 millones de visitantes y hasta 920.000 espectadores y personal olímpico por día", apunta Kasumi Yamasaki, responsable del dosier de transportes para los JO, en el seno de la municipalidad de Tokio.


Los operadores ferroviarios prevén aumentar la frecuencia de los trenes y metros, pero "las líneas circulan ya a plena capacidad en las horas punta de 7h a 9h", explica a la AFP.


Los expertos esperan un aumento del 10% en el número de pasajeros en los trenes y temen un alza del 20% del número de automóviles en las carreteras, lo que podría provocar retrasos importantes y atascos muy peligrosos. Si no se toman medidas drásticas, nos arriesgamos a tumultos fatales en las estaciones ferroviarias, ha advertido miles de veces el profesor Azuma Taguchi, de la Universidad Chuo.


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Contra la cultura de empresa


El resultado: hay que convencer a los empleados de trabajar en su casa o al menos evitar las horas puntas. Pero en Japón, no ir al trabajo es un reto.


Para acostumbrar a las empresas y a sus empleados antes de los JO, las autoridades han decretado desde hace varios años "días de teletrabajo" en el período del 22 de julio al 6 de septiembre, correspondiente a la duración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.


Las administraciones y unas 3.000 empresas privadas -incluido el gigante automóvil Toyota- participan de esta iniciativa, pero hasta el momento las campañas de este tipo no han dado mucho resultado.


Además del hecho de que solo una parte de sus funciones pueden ejercerse en casa, hay más obstáculos, señala Kanako Nakayama, a cargo del teletrabajo en el Ministerio de Asuntos Interiores.


Las empresas a veces se muestran renuentes debido a las "preocupaciones sobre la seguridad de informaciones confidenciales (cuando se conecta desde una computadora distante), a la dificultad de controlar las condiciones de trabajo y porque la cultura de empresa insiste en la importancia de la comunicación en persona".


Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios