Al igual que la alimentación, la predisposición genética, los hábitos de vida, el tabaquismo o el consumo de alcohol son factores que inciden en las probabilidades de sufrir algún tipo de cáncer a lo largo de la vida, el tipo de trabajo que desempeñamos también tiene su porción de responsabilidad sobre esta enfermedad, que según la OMS se trata de la segunda causa de muerte en el mundo. Solamente en 2015, ocasionó 8,8 millones de defunciones y en la actualidad, uno de cada seis fallecimientos se debe al cáncer.


Estos son algunos de los trabajos que incrementan, según diversos estudios científicos, las posibilidades de padecer cáncer.


Auxiliares de vuelo


Un estudio publicado en la revista Environmental Health afirma que las tripulaciones de cabina están expuestas a más radiación ionizante a grandes alturas, lo que aumenta la probabilidad de que desarrollen una serie de cánceres, incluidos el de mama, cuello uterino, útero, tiroides, esófago, colon, estómago, hígado y páncreas. Cabe destacar que la tasa de cáncer de mama en las azafatas de vuelo es 50% más alta que en mujeres que no trabajan en ese campo, mientras que la tasa de cáncer de piel es cuatro veces mayor.


Pilotos


JAMA Dermatology informa que los pilotos y otros miembros de la tripulación muestran el doble de incidencia de melanoma que las personas comunes y que pasar una hora en la cabina expone a los pilotos a tanta radiación UVA como pasar 20 minutos en una cama de bronceado. Los peligros de la radiación UV pueden aumentar al volar sobre densas nubes o nieve.


Soldadores


Calentar metales a temperaturas muy altas puede ser increíblemente peligroso para los 111 millones de personas en todo el mundo que se dedican a la ocupación de soldar, debido al humo y la exposición a la radiación y el asbesto, según científicos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. Estas toxinas pueden potencialmente causar cáncer de pulmón, cáncer de riñón y melanoma del ojo, así como otros problemas de salud.


Trabajos de escritorio y oficina


Pasar demasiadas horas sentado frente en un escritorio está relacionado con tasas más altas de cáncer de colon (32% más elevado) y de endometrio (24%), según una investigación llevada a cabo en Alemania. Otro dato sorprendente es que por cada dos horas adicionales que pasas sentado, los riesgos aumentan alrededor del 10 por ciento.


Profesionales de la estética y la manicura


Los trabajadores responsables de tareas de estética como la manicura pueden absorber los químicos tóxicos a través de la piel, así como inhalar humos y polvo contaminado incrementando el riesgo de padecer cáncer y sufrir una gran cantidad de problemas respiratorios y reproductivos. La Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) recomienda que es fundamental contar con una ventilación adecuada y llevar camisas de manga larga, guantes e incluso máscaras, así como lavarse las manos regularmente.


Trabajadores agrícolas


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Los pesticidas utilizados en alimentos no orgánicos de los que tanto nos preocupamos son un problema mucho mayor para los trabajadores agrícolas. De acuerdo con el Estudio de Salud Agrícola (AHS), un proyecto de investigación de varias décadas realizado por varios grupos gubernamentales, incluido el Instituto Nacional del Cáncer y la EPA, a los agricultores y sus familiares se les diagnostica ciertos tipos de cáncer a tasas más altas de lo normal, incluyendo leucemia, linfoma, mieloma múltiple, sarcoma de tejidos blandos y cánceres de estómago, cerebro, próstata y piel. Además de los pesticidas, también son factores los “gases de escape del motor, solventes, polvo, virus animales, fertilizantes, combustibles y microbios específicos”.


Bomberos


En la actualidad, el cáncer es la principal causa de muerte entre los bomberos debido a la liberación de toxinas en los incendios surgidas de la quema del plástico, ciertos materiales de construcción y otras sustancias cotidianas, inhaladas por los bomberos. Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional, los bomberos tienen un riesgo modestamente mayor de desarrollar cáncer que la persona promedio, mientras que el riesgo de ciertos cánceres como el testicular y el mesotelioma se duplica debido a la exposición al asbesto.


Turnos nocturnos


Interrumpir el ritmo circadiano natural trabajando bajo luces brillantes durante toda la noche también puede aumentar las probabilidades de padecer cáncer, tal y como pone de manifiesto un estudio del MIT, que revela que una proteína que promueve el cáncer llamada c-myc se acumula en las células, estimulando el crecimiento y desarrollo del tumor.


Minería


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El polvo de la minería del carbón puede aumentar el riesgo de los trabajadores de cáncer de pulmón y estómago, mientras que otros mineros tienen más probabilidades de entrar en contacto con el asbesto, el uranio y el radón que causan cáncer.


Techadores


Los trabajadores que emplean asfalto caliente en techos y carreteras pueden tener un riesgo elevado de cáncer, aunque los investigadores no están seguros de los factores que inciden en ello: puede deberse a mayor exposición solar, así como a un consumo de alcohol y tabaco más alto que la persona promedio. Los investigadores del Centro del Cáncer de la Universidad de Colorado pueden haber encontrado un vínculo carcinogénico directo: los altos niveles de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) hallados en la sangre de estos trabajadores tras su jornada, y que dañan el ADN.


Profesionales de la peluquería


Las personas que realizan tratamientos capilares con regularidad incrementan el riesgo de padecer cáncer de vejiga, aunque las aminas se retiraron de los tintes para el cabello después de la década de 1970. Sin embargo, un estudio reciente descubrió que siguen presentes en la sangre de los peluqueros.


Técnicas de laboratorio


Un estudio publicado en la revista Cancer Research descubrió que las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama duplicaron su riesgo al trabajar en un laboratorio clínico. Si las mujeres trabajaban con solventes orgánicos como el benceno antes de tener su primer bebé, su riesgo aumentaba otro 40 por ciento. Los investigadores también encontraron un mayor riesgo con los trabajadores de las fábricas y las personas responsables de limpieza doméstica.


Astronautas


Una vez que los astronautas abandonan la atmósfera protectora y el campo magnético de la Tierra, se exponen a una cantidad significativa y peligrosa de radiación espacial ionizante, similar a la que experimentan los pilotos de líneas aéreas y las azafatas, pero según la NASA, en niveles mucho más altos, equivalentes a una cantidad entre 150 y 6.000 radiografías de tórax. Así, los astronautas tienen mayor riesgo de padecer cáncer, enfermedades óseas degenerativas y afecciones que afectan el sistema nervioso central.


Actualidad Laboral / Con información de TicBeat