01-04-2024

La economía ucraniana muestra un crecimiento mejor de lo esperado al adaptarse a las condiciones de la guerra tras el desplome sufrido al comienzo de la invasión rusa a gran escala. Sin embargo, su futuro parece incierto, ya que una serie de desafíos ponen en peligro una mayor recuperación.


Tras contraerse casi 30% en 2022, la economía de la nación invadida creció 5,3% el año pasado, según reveló la Oficina de Estadística del país a principios de esta semana. La cifra superó las previsiones, pero apenas refleja la complejidad de hacer negocios en medio de la guerra.


Un 2024 plagado de riesgos


Según una encuesta realizada en marzo por la Asociación Empresarial Europea de Ucrania, 64% de los altos directivos son más pesimistas este año de lo que lo eran en el 2023. “Las principales razones incluyen la situación militar, la movilización, así como los retrasos y la incertidumbre en torno a la ayuda internacional”, explica su directora general, Anna Derevianko.


Los nuevos ataques rusos con misiles y drones contra la infraestructura energética se están convirtiendo rápidamente en una gran preocupación. Es probable que Ucrania sufra cortes de electricidad en todo el país a más tardar entre julio y agosto, debido a los enormes daños sufridos por las centrales térmicas e hidroeléctricas, advierten los expertos en energía.


Aunque mejor preparadas que en el 2022, muchas empresas aún pueden verse duramente afectadas. Además, aunque Ucrania va camino de recibir en marzo el equivalente a la cifra récord de 8,300 millones de euros (casi US$9.000 millones) de ayuda financiera, su continuidad también sigue siendo motivo de preocupación. El país aún necesita 7.500 millones de euros (US$ 8.100 millones) para financiar sus gastos en el 2024, según el Centro de Estrategia Económica.


Esta ayuda es crucial, ya que el gobierno solo cubre la mitad de sus gastos por sí solo. Gran parte de su industria pesada en el este del país se ha perdido a causa de los ataques o la ocupación rusos, mientras que las economías de ciudades en la línea del frente, como Járkiv, siguen asfixiadas.


Sin la ayuda suficiente, Ucrania tendrá que recurrir a la impresión de dinero o retrasar el pago de salarios y pensiones, lo que perjudicará aún más la economía, advierten diversos analistas.


El actual bloqueo de la frontera del país con Polonia, su ruta comercial más segura en medio de los ataques rusos a sus puertos, también cuesta millones de euros al mes a las grandes empresas y afecta a pequeños emprendedores.


Actualidad Laboral / Con información de La República