La American Journal of Epidemiology, en un estudio reciente, encontró una relación entre los sueldos bajos y el deterioro de la memoria. El estudio de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia (Estados Unidos), fue presentado en la Conferencia Internacional del Alzheimer y su primera autora Katrina Kezios, investigadora de la Universidad de Columbia ha expresado que sus investigaciones proporcionan "una nueva evidencia de que la exposición sostenida a salarios bajos durante los años de ingresos máximos se asocia con un deterioro acelerado de la memoria”.


Para realizar la investigación, se analizaron los datos de 2.879 personas nacidas entre 1936 y 1941 que se dividieron en tres grupos según tenían siempre salarios bajos, si nunca los tuvieron o si los tuvieron de forma intermitente. Para esclarecer qué significa el término "salario bajo" se puso como norma a aquel salario por hora que es inferior a dos tercios del salario medio en el año correspondiente. Tras esto, se ha enfrentado la información obtenida en relación con los salarios que obtuvieron entre 1992 y 2004, y los resultados referentes a la pérdida de memoria en los siguientes 12 años, es decir, de 2004 a 2016.


Los del primer grupo experimentaron una pérdida de memoria mucho más significativa y rápida que aquellos que nunca habían tenido un salario bajo.


Otra de sus principales autoras, Adina Zeki Al Hazzouri, profesora asistente de epidemiología en la Escuela Mailman de Columbia comenta que estos hallazgos "sugieren que las políticas sociales que mejoran el bienestar financiero de los trabajadores con salarios bajos pueden ser especialmente beneficiosas para la salud cognitiva". "Los trabajos futuros deberían examinar rigurosamente el número de casos de demencia y el exceso de años de envejecimiento cognitivo que podrían evitarse bajo diferentes escenarios hipotéticos que aumentaran el salario mínimo por hora", añade.


La primera vez que se relaciona con la memoria


Previamente, los estudios que trataban los salarios bajos y su consecuencia en la vida de las personas estaban relacionados con ámbitos como la depresión, la obesidad u otros factores de riesgo para el envejecimiento cognitivo, pero esta es la primera vez que esta materia se relaciona con el funcionamiento cognitivo posterior y la pérdida de memoria.


Actualidad Laboral / Con información de Antena3