El Gobierno ha venido degradando el salario de los trabajadores, al punto de colocarlo en el mismo punto en que se encontraba en 1996, cuando fue necesario un gran acuerdo obrero-patronal-gubernamental para recomponerlo de manera integral. Para aquel momento, sucesivos aumentos decretados por la vía de bonos que no recibían el beneficio de las prestaciones sociales o utilidades de fin de año, llevó al salario a ser tan solo 35% de la remuneración al momento en que se iniciaron las exitosas negociaciones tripartitas de 19996/97.

Con los aumentos decretados por el Gobierno esta semana, el salario mínimo queda en Bs. 22,577 y la bonificación por “cestaticket socialista” en Bs 42,489. ¡ Que ironía! Quienes hoy gobiernan y despotricaron contra la entonces Comisión Tripartita satanizándola como “trimaldita” han tardado tan solo 20 años para destruir lo que se construyó y retrotraernos al “status quo ante” como dicen los diplomáticos. Las bonificaciones son ahora el 65% del ingreso cuando hace un año eran el 20%. Pero la realidad es mucho peor que lo que se anuncia como una suerte de concesión gracias de un gobierno autosuficiente que hace tiempo dejó de consultar con los empleadores privados y sus propios trabajadores y pensionados.

Quienes reciben pensión saben que la misma será tan solo un 35% de la remuneración de los trabajadores activos. Es decir de los del sector privado, porque en el sector público para una parte importante de los trabajadores el cestaticket valida su adjetivo de socialista al ser también virtual ya que se anuncia y promete pero no se paga.

Lo que estamos presenciando es como colapsan las políticas sociales cuando se pretende implementarlas por la vía de paños calientes desarticulados ente sí, en el contexto de un vendaval inflacionario que se alimenta precisamente de los intentos de financiar esas incoherencias con pura emisión de dinero sin respaldo. Es el cuento del perro tratando de morderse la cola: Decreto 50% de aumento, pero como la inflación ronda el 25% mensual, cuando por fin se cobre la primera quincena el poder adquisitivo del aumento se esfumó. Se ha ido de un aumento anual a uno trimestral; llegará el momento que tengan que ser mensuales o semanales, hasta que las imprentas no se den abasto y alguien tenga la sensatez de imponer una reforma monetaria integral que pare en seco esta loca carrera que solo deja perdedores.

Aurelio F. Concheso / Ingeniero

www.laotraviarcr.blogspot.com

@aconcheso