24-04-2020

Uno de cada tres empleados no trabajará durante este segundo trimestre del año ya sea porque está en el paro, o porque se ha visto afectado por un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo). Son las estimaciones que ha realizado Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros) sobre el impacto en la economía española de la Covid-19. La tasa de paro que cerró el año pasado en 13,8% llegará a 19,9% en el segundo trimestre del año. Si se agregan los afectados por ERTE –que no computan como parados a efectos estadísticos pero tampoco trabajan–la tasa de desempleo llegaría al 34,1% del total. El shock debería corregirse a final de año, pero aun así Funcas espera que se destruyan cerca de 900.000 puestos de trabajo.


El impacto, como ya han pronosticado otros organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco de España, será muy distinto por sectores. En el mejor de los casos, el negocio de los alojamientos y la restauración tendrá una caída de ingresos del 20% a final de año. Esa previsión se basa en que haya una cierta reapertura de la actividad, a partir de mediados del mes que viene. Si no fuera así, la pérdida para hoteleros y restaurantes sería aún mayor.


Para el global de la economía la previsión más optimista es que el PIB, se hunda un 7% pero podría llegar al 12,5% si las políticas públicas no son efectivas. Pero lo peor es que, el año que viene pese a darse una recuperación no será suficiente, para compensar las caídas de este ejercicio. A finales del 2022, el PIB (todo lo que produce la economía en un año) estará aún un 1,9% por debajo del nivel previo a la pandemia. Ese dato muestra que algunos de los trabajadores que han perdido su empleo con la pandemia, no volverán al mercado laboral ni este año ni el próximo. Y lo mismo sucederá con algunas empresas que no remontarían el vuelo quizás nunca. Solo en el mes de marzo se han perdido 100.000 empresas, un 7,4% del total de empresas existentes.



María Jesús Fernández, economista de Funcas, señala que el elemento más difícil de identificar es el de la capacidad de las empresas para la recuperación. “Si no es eficaz la política económica o se dispara la prima de riesgo, la situación podría ser peor”, añadió. En el informe de Funcas se avisa de los riesgos de la caída de la demanda: "los hogares ajustarían su gasto en consumo, tanto por las restricciones asociadas al confinamiento como por la erosión de su renta disponible y el incremento del ahorro de precaución”. Es una situación similar a la que se dio en la crisis anterior.



Actualidad Laboral / Con información de La Vanguardia