La gestión del talento y el liderazgo de los equipos es uno de los principales retos a los que se han enfrentado las empresas. Pero con la llegada del COVID 19 y del teletrabajo ha sido necesario, implementar una nueva forma de management para fomentar la eficiencia y productividad de los empleados. Con esto de la nueva normalidad y las formas de trabajo híbridas que combinan el trabajo en remoto con el presencial; BICG, consultora especializada en innovación laboral, explica las claves para gestionar con éxito los equipos, gracias a un decálogo de buenas prácticas:
1- Impulsar equipos multidisciplinares: Se debe fomentar y escuchar la opinión de todos los miembros del equipo, con el objetivo de conseguir soluciones enriquecedoras y completas, mediante la inteligencia colectiva. Cuando esta integración se realiza de manera híbrida, sin importar dónde estén los profesionales, se pueden conformar equipos más complejos, con una aportación de valor mucho más diversa.
2- Empoderar a los profesionales: Otorgar más libertad a los trabajadores para que se autogestionen y delegar en ellos, la capacidad de decisión es un aspecto clave. Olvidar el control, apostar por el mentoring y fomentar la confianza en ellos hará que los empleados se sientan valorados y motivados. Por otra parte, en la gestión de equipos híbridos, es absolutamente imprescindible fomentar este modelo, para poder trabajar de una manera distribuida y ágil. El micromanagement no es una opción.
3- Respetar el tiempo de todos: Al distribuir las cargas de trabajo, trata de marcar objetivos alcanzables en tiempos óptimos. Es necesario ser respetuoso con el tiempo de las personas y su horario laboral. En lo que respecta a los equipos híbridos, es especialmente importante acordar los momentos de coincidencia y de desconexión, para no sobrecargar a los equipos.
4- Ser resilientes y flexibles: Un buen líder debe tener la capacidad para ver las adversidades como oportunidades, desarrollando nuevas ideas y habilidades que le permiten adaptarse a cualquier tipo de situación.
5- Fijar y mantener la dirección: Definir instrucciones claras para que los distintos departamentos, persigan y alcancen metas comunes. En el ámbito de los equipos híbridos, el modelo debe orientarse al cumplimiento de objetivos como medio para establecer un compromiso entre el gestor del equipo y este; facilitando el empoderamiento y la confianza mutua, que son la base de la flexibilidad.
6- Colaboración ágil: Esto permite que tanto el responsable como el resto del equipo, puedan adaptar la forma de trabajo a las condiciones del proyecto. Consiguiendo flexibilidad e inmediatez en la respuesta, para adecuar el proyecto y su desarrollo a las circunstancias específicas del entorno.
7- Dar energía al equipo: Mediante acciones que permitan aumentar la comunicación abierta con los colaboradores. Se trata de una tarea muy positiva que da seguridad psicológica. Esto también fortalece los vínculos y la cohesión empresa-profesional, tan importante de cuidar cuando se trabaja a distancia.
8- Transparencia absoluta: Establecer una credibilidad en las acciones que se lleven a cabo en la compañía, y tratar de ser asertivo en las diferentes actividades.
9- Manejo de la incertidumbre: Aprender y aceptar la idea de que no todo se puede controlar. Al mismo tiempo que se motiva y da alternativas al equipo para concentrarse en el presente.
10- Confiar en el equipo y transmitir confianza: Es imprescindible escuchar las necesidades de todos los empleados y ayudarles cuando lo necesiten; con el objetivo de que se sientan integrados y cómodos en el entorno laboral. En un espacio de trabajo híbrido, la distancia no debe llevar a la falta de confianza, sino que se debe hacer un esfuerzo específico en este sentido.
Este decálogo forma parte de una serie de medidas que BICG ha puesto en marcha durante la era post COVID -19, para asegurar que las empresas están preparadas para afrontar cualquier adversidad que pueda darse en esta nueva normalidad. En palabras de su CEO, Iñaki Lozano: “Los líderes son el motor del cambio y necesitamos que sean más humanos, y comprometidos con el cambio. Y que sepan navegar la complejidad y la incertidumbre que estamos viviendo. Todo ello, con el objetivo de que esta adaptación sea, además de efectiva y positiva, una oportunidad para mejorar la forma de trabajar en el futuro próximo”.
Actualidad Laboral / Con información de RRHH Digital