Aprender cosas nuevas es una importante parte de la vida, siempre debemos esforzarnos por aprender y crecer. Pero lleva tiempo, y el tiempo es precioso. Entonces, ¿cómo puedes aprovechar al máximo tu tiempo acelerando el proceso de aprendizaje?


Gracias a la neurociencia, ahora tenemos una mejor comprensión sobre cómo aprendemos y las formas más efectivas en las que nuestros cerebros procesan y conservan la información.


Si deseas empezar a ampliar tus conocimientos, estas son 10 formas de aprender más rápido ahora mismo.


Toma notas con papel y lápiz


Aunque todo el mundo pueda pensar que tomar notas en un ordenador es la mejor forma de hacerlo, en realidad esto no te ayuda a aprender más rápidamente. Para acelerar tu aprendizaje, deja a un lado el portátil y toma notas a la antigua usanza, con papel y lápiz.


Las investigaciones han demostrado que las personas que apuntan sus notas en un ordenador procesan y retienen la información a un nivel más bajo, mientras que las que las toman a mano aprenden mucho más.


Aunque tomar notas a mano es más lento y engorroso que escribir a ordenador, el acto de escribir la información fomenta la comprensión y la retención. Reformular la información en tus propias palabras te ayuda a retener la información durante más tiempo.


Cuenta con unas habilidades efectivas para tomar notas


Cuanto mejores sean tus notas, más rápido aprenderás. Saber cómo tomar notas detalladas y precisas te ayudará a recordar conceptos, adquirir una comprensión más profunda del tema y desarrollar habilidades de aprendizaje significativas.


Por lo tanto, antes de aprender un nuevo tema, asegúrate de aprender diferentes estrategias para tomar notas.


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Distribuye las tareas


Este método consiste en distribuir múltiples prácticas (o sesiones de estudio) sobre un tema a lo largo de un período de tiempo determinado. El uso de sesiones de estudio cortas y espaciadas en el tiempo fomentará el aprendizaje significativo, a diferencia de las “sesiones largas”, que promueven el aprendizaje memorístico.


El primer paso es tomar notas detalladas mientras se discute el tema. Después, tómate unos minutos para revisar tus notas, haciendo cualquier adición o cambio para añadir detalles y asegurar la precisión.


Haz esto rápidamente, una o dos veces después de cada clase o período de instrucción. Con el tiempo, puedes empezar a distribuir las sesiones, comenzando con una vez al día y finalmente pasando a tres veces a la semana.


El espaciar la práctica durante un período de tiempo más largo es altamente efectivo, porque es más fácil hacer pequeñas sesiones de estudio y te mantendrá motivado para seguir aprendiendo.


Estudio, sueño, más estudio


Tienes un gran proyecto o una gran presentación mañana y no estás preparado. Si eres como el resto de los mortales, lo más seguro es que te vayas bastante tarde a la cama intentando empollarte todo de golpe.


Seguramente tu trabajo duro será recompensado, incluso si estás agotado al día siguiente... ¿cierto? Sin embargo, esa no es la manera más eficiente para que nuestros cerebros procesen la información.


Las investigaciones han demostrado que existe un fuerte vínculo entre el sueño y el aprendizaje. Parece que dormir un poco es un elemento importante para reforzar la forma en la que nuestros cerebros recuerdan las cosas.


El sueño profundo puede fortalecer los recuerdos si el sueño se produce dentro las 12 horas de aprender la nueva información. Y los estudiantes que estudian y duermen lo suficiente no tienen un mejor rendimiento académico, sino que también son más felices.


Modifica tu práctica


Si estás aprendiendo una habilidad, no hagas lo mismo una y otra vez. Hacer pequeños cambios durante las sesiones de práctica repetidas te ayudará a dominar una habilidad más rápido.


Según un estudio sobre personas que aprendieron una habilidad motora basada en el ordenador, los que aprendieron una habilidad y luego tuvieron una sesión de práctica modificada donde practicaron la habilidad de una manera ligeramente diferente tuvieron un mejor rendimiento que los que repitieron la tarea original una y otra vez.


Esto solo funciona si las modificaciones son pequeñas; hacer grandes cambios en la forma en la que se realiza la habilidad no ayudará. Así que, por ejemplo, si estás practicando un nuevo swing de golf o perfeccionando cómo juegas al tenis, intenta ajustar el tamaño o el peso del palo o la raqueta.


Prueba una regla mnemotécnica


Una de las mejores formas de memorizar grandes cantidades de información rápidamente es utilizar una regla mnemotécnica: un patrón de letras, sonidos u otras asociaciones que ayuden a aprender algo.


Una de las reglas mnemotécnicas más populares es una que todos hemos aprendido cuando estábamos en nuestra clase de infantil: la canción del alfabeto. Esta canción ayuda a los niños a recordar su “abecedario” y permanece profundamente arraigada en nuestra memoria como adultos.


Las reglas mnemónicas te ayudan a simplificar, resumir y comprimir la información para que esta sea más fácil de aprender. Puede ser muy útil para los estudiantes de la facultad de medicina o de derecho, o para las personas que estudian un nuevo idioma. Por lo tanto, si necesitas memorizar y almacenar grandes cantidades de información nueva, prueba una regla mnemotécnica y descubrirás que recuerdas la información mucho tiempo después del examen.


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Haz descansos cerebrales para volver a centrarte


La sobrecarga de información es algo real. Para aprender algo nuevo, nuestros cerebros deben enviar señales a nuestros receptores sensoriales para guardar la nueva información, pero el estrés y la sobrecarga impedirán que tu cerebro procese y almacene la información de manera efectiva.


Cuando estamos confundidos, ansiosos o nos sentimos abrumados, nuestros cerebros se apagan. Esto es algo que se puede apreciar cuando los estudiantes que escuchan conferencias largas y detalladas acaban desconectando y dejan de prestar atención a lo que se está diciendo.


Simplemente no son capaces de conducir efectivamente esa información a sus bancos de memoria, por lo que el aprendizaje se apaga. La mejor forma de combatir esto es permitir que el cerebro se tome un descanso o simplemente cambiando tu actividad para centrarte en algo nuevo. Incluso un descanso de cinco minutos puede aliviar la fatiga cerebral y ayudarte a volver a centrarte.


Mantente hidratado


Todos somos conscientes de que debemos beber agua porque es buena para nosotros, es buena para nuestra piel y nuestro sistema inmunológico, y mantiene nuestro cuerpo funcionando de manera óptima. Pero mantenerse hidratado también es de vital importancia para nuestras capacidades cognitivas.


Beber agua puede hacernos más inteligentes. De acuerdo con un estudio, los estudiantes que se llevan una botella de agua a los exámenes suelen tener un mejor rendimiento que los que no.


La deshidratación, por otro lado, puede afectar seriamente a nuestra función mental. Cuando no bebes agua, tu cerebro tiene que trabajar más de lo normal.


Aprende información de diferentes formas


Cuando empleas múltiples formas de aprender algo, usas más regiones del cerebro para almacenar información sobre ese tema. Esto hace que esa información esté más interconectada e incrustada en tu cerebro. Básicamente esto crea una redundancia de conocimiento dentro de tu mente, ayudándote a aprender la información y no solo a memorizarla.


Puedes hacerlo utilizando diversos medios para estimular diferentes partes del cerebro, como leer notas, leer el libro de texto, ver un video y escuchar un podcast o un archivo de audio sobre el tema. Cuantos más recursos utilices, más rápido aprenderás.


Conecta lo que aprendes con algo que conozcas


Cuanto más puedas relacionar los nuevos conceptos con las ideas que ya entiendes, más rápido aprenderás la información nueva. Muchos hábitos de estudio comunes son contraproducentes. Estos pueden crear la ilusión de que ya has aprendido algo, pero la información se desvanece rápidamente de nuestras mentes.


La memoria desempeña un papel esencial en nuestra capacidad para llevar a cabo tareas cognitivas complejas, como aplicar el conocimiento a problemas que no hemos encontrado antes y sacar conclusiones de hechos ya conocidos.


Al encontrar formas de adaptar la nueva información a los conocimientos preexistentes, encontrarás capas adicionales de significado en el nuevo material. Esto te ayudará a entenderlo mejor y podrás recordarlo con mayor precisión.


Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, utiliza este método. Este ha dicho que, en su opinión, el conocimiento es como un “árbol semántico”. Al aprender cosas nuevas, su consejo es que “te asegures de que entiendes los principios, es decir, el tronco y las ramas grandes, antes de entrar en las hojas/detalles o no tendrás nada a lo que aferrarte”. Cuando conectas lo nuevo con lo viejo, te das a ti mismo “ganchos” mentales en los que colgar el nuevo conocimiento.


 Actualidad Laboral / Con información de InsiderPro / José Rodríguez