Los primeros minutos de tu día laboral son críticos para la productividad de las siguientes ocho horas de trabajo. Si llegas tarde a la oficina, o pierdes demasiadas horas respondiendo correos, puede que pierdas el rumbo y te cueste más trabajo concentrarte a lo largo del día.
Entrepreneur investigó sobre el tema y encontraron 12 trampas comunes en las que podemos caer, en esos primeros diez minutos de trabajo. Sigue leyendo para descubrir cómo evitar esos inconvenientes y prepararte para triunfar:
1- Llegas tarde a la oficina
Puede que estés saboteando tu día laboral, incluso antes de que empiece. Un estudio citado por el Huffington Post, reveló que los jefes suelen creer que los empleados que llegan tarde son menos conscientes, y suelen calificarlos con un menor desempeño; independientemente de si esos mismos empleados, son los últimos en irse. Sabemos que no es justo, pero es la realidad, así que intenta llegar a la oficina lo más temprano que puedas.
2- Se te olvida saludar a tus compañeros
Es muy sencillo crear un ambiente agradable para ti y los que te rodean, si te das un par de minutos para saludar y platicar con tus compañeros. Según Lynn Taylor, experta en ambientes laborales y autora del libro “Tame Your Terrible Office Tyrant: Hot to Manage Childish Boss Behavior and Thrieve in Your Job”, si eres el jefe no puedes llegar y solo decir “hola” a tu equipo sin prestarles atención, porque aparentas una falta de habilidades sociales que pueden permear en tus competencias técnicas. E incluso si no eres el jefe de nadie, hacer una entrada silenciosa a tu escritorio puede hacerte parecer menos amable ante tus compañeros.
3- Tomas café demasiado temprano
Si no eres el tipo de persona que se toma una taza de café justo al despertar, lo más probable es que te la tomes en cuanto llegas a la oficina. Pero las investigaciones sugieren que el mejor momento para beber café es a las 10 de la mañana porque el cortisol, la hormona del estrés que regula nuestra energía, suele tener su momento más alto entre las 8 y las 9 de la mañana. Si tomas café en ese momento, el cuerpo empieza a producir menos cortisol y empieza a depender más de la cafeína. Una vez que tus niveles de cortisol empiecen a decaer, a eso de las 9:30 de la mañana, entonces es cuando realmente necesitas ese empujón de la cafeína.
4- Empiezas tu día contestando cada correo
Una vez que te acomodas en tu silla, lo más tentador es meterte de lleno en los correos que llegaron durante la noche. Pero según Michael Kerr, orador internacional y autor de “You Can’t Be Serious! Putting Humor to Work”, los primeros 10 minutos de tu día deberías emplearlos en hacer un análisis rápido de los correos para priorizarlos. Así, puedes saber si hay algo urgente que responder y luego crear un plan para contestar los demás a lo largo del día. “Contestar correos puede convertirse en una de esas tareas que te hacen sentir que estás logrando cosas, pero el verdadero riesgo está en que no ponerle atención a las cosas que demandan una acción inmediata, y permites que sean los demás los que dicten tu agenda del día” le dijo Kerr a Business Insider.
5- Olvidas crear una agenda tentativa antes de ponerte a trabajar
Antes de meterte de lleno en el trabajo, Taylor sugiere tener una idea de hacia dónde debe ir tu día, y esto incluye escribir tus prioridades y lo que debes terminar en la jornada, así como revisar bien tu calendario. Debes tener en mente los eventos que ocurrirán durante el día y si necesitas prepararte para alguna llamada o reunión. De otra forma pueden tomarte por sorpresa, y solo recibir un recordatorio 10 minutos antes de que tengas que reunirte con tu equipo, justo cuando estás más concentrada haciendo una propuesta para un proyecto.
6- Empiezas con las tareas más fáciles
Las investigaciones sugieren que la energía y las ganas tienden a disminuir a lo largo del día; por eso, es sumamente importante hacer las cosas más relevantes al inicio. Algunas personas se refieren a esta estrategia como “comerse la rana” basándose en una cita de Mark Twain que decía: “Lo primero que debes hacer al iniciar el día es comerte una rana viva, después de eso no puede pasarte nada peor”.
7- Haces muchas cosas a la vez
Como tienes mucha energía en la mañana, es fácil creer que puedes hacer muchas cosas a la vez. Pero, las investigaciones sugieren que el multitasking puede dañar tu desempeño en la tarea más importante; por lo que es mejor hacer una sola cosa a la vez. Si empiezas tu día atendiendo a diferentes prioridades, puedes retrasar tu progreso durante la jornada. Mejor empieza con el pie derecho y concéntrate en una sola tarea durante los primeros 10 minutos de tu día.
8- Te hundes en pensamientos negativos
Puede que te haya tocado un pésimo traslado en el metro, o que te hayas peleado con tu pareja antes de salir de casa. No permitas que esas experiencias te distraigan de las cosas que tienes que hacer. Taylor sugiere poner esos pensamientos negativos en una “caja mental” y revisarlos en otro momento de tu semana.
9- Organizas reuniones muy temprano
Las reuniones matutinas pueden ser un gran desperdicio de tus recursos cognitivos. Según Laura Vanderkam, autora de “What the Most Successful People Do Before Breakfast”, las primeras horas de la mañana deberían reservarse para las tareas que requieren de mayor concentración, como la escritura. Si puedes decidir sobre los horarios de las reuniones con tu jefe y compañeros, asegúrate de anotarlas para los momentos de menor energía, como a medio día (a menos que sepas que requerirás de toda tu concentración para una junta en específico).
10- Tienes ambiciones demasiado altas para lo que necesitas hacer
Uno podría pensar que empezar tu día queriendo lograr grandes objetivos es fuente de motivación, pero la ciencia dice que si lo haces, tienes mayores probabilidades de procastinar. Según el neurocientífico cognitivo Sahar Yousef, la raíz de la procastinación es el miedo. Cuando tienes una gran tarea frente a ti te sientes asustado y empiezas a dudar de tu capacidad para hacerla. Para evitar la procastinación, divide tus tareas y enfócate en lo que sabes que puedes lograr en una cantidad específica de tiempo.
11- No te das tiempo para reflexionar
Según Mark McLaughlin, neurocirujano, la mejor forma de evitar la fatiga, de mejorar tu salud mental, impulsar tu creatividad e incluso dormir mejor, es meditando. Esta es la razón por la que McLaughling incluye la meditación en su rutina de las mañanas, y asegura que es el secreto de su éxito. “Intenta meditar por lo menos 10 minutos al iniciar tu día y descubrirás cómo tu vida mejora” nos escribió McLaughlin.
12- Te sientas lejos de las ventanas
Según un estudio realizado en 2014 por el Journal of Clinical Sleep Medicine, la exposición a la luz natural del sol al inicio del día puede mejorar la salud y el humor de los empleados. Abrir tus cortinas por la mañana puede darte energía para el resto del día. Y si no tienes forma de sentarte junto a una ventana, considera la opción de invertir en una lámpara SAD (lámpara terapéctica contra la depresión invernal).
Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur